El verano no se hace esperar y las altas temperaturas ya son parte de la vida cotidiana; ¿cuáles son los recaudos que deben tomar los corredores para seguir entrenando sin sufrir en el intento?

El verano llegó y las altas temperaturas no se hacen esperar. El agobiante calor, si bien no es un impedimento para quienes aman correr, es un factor a tener en cuenta y no dejar de lado.

Hay cuatro puntos básicos que no se deben descuidar para que el entrenamiento no se convierta en un suplicio y se pueda disfrutar del clima veraniego.

1) Horario de entrenamiento:

La madrugada y la nochecita son los mejores momentos del día para correr. Sería ideal salir a trotar en ese momento para evitar el sol y no abarcar las horas de más calor.

2) Indumentaria apropiada:

La ropa, e incluso, las zapatillas, deben ser lo más livianas posibles para evitar que el corredor sude en exceso. Además, el uso de gorra, anteojos y protector solar no deben descuidarse.

3) Hidratación:

Las altas temperaturas provocan una sudoración extra que trae como consecuencia una gran cantidad de líquido perdido. Esta termo regulación que realiza el cuerpo debe ser complementada con la ingesta de líquidos antes, durante y después del entrenamiento. Es muy importante que el corredor esté bien hidratado y refrescado.

4) Entrenamiento:

Las altas temperaturas pueden llegar a modificar la planificación de los entrenamientos en lo que respecta a cuándo o cómo hacer las sesiones más largas, hasta aprovechar los días más agobiantes para trabajar en el gimnasio o hacer entrenamiento cruzado.

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