Los últimos resultados le permiten soñar y dejar atrás meses tristes y aciagos. La vida le sonríe a Fedra Luna Sambrán. Y ella, como si fuera la protagonista de un cuento de la mitología griega, se encarga de contarlo. Sabe que peleó mucho para llegar a un aquí y ahora tan promisorio, tras varios meses de silencio y lesiones. La euforia no la asusta ni le preocupa. Dice que los meses anteriores fueron de aprendizaje y enseñanzas. “Siento que estoy en un nuevo comienzo. Como [si fuera] un despegue”, dice Fedra con la misma seguridad con la que corre en la pista y en la calle. “A veces me cuesta mucho definir este momento, porque es un momento que no me lo esperaba. Me dio muchas sorpresas. Lo que fue el comienzo de este año fue una nueva oportunidad”, continúa la atleta, de 23 años, que ingresó casi de casualidad a un deporte en el que la paciencia y la perseverancia forman un binomio fundamental. “Mi historia es muy rara, realmente no arranqué a entrenar con el fin de ser una profesional. Comencé en el running como un hobby, como una distracción, lo tomé como una relajación. Recuerdo que las primeras veces que he salido a trotar cuando empecé, eran 30 minutos de pura relajación y meditación de lo que hice ese día o lo que iba a hacer al siguiente”, explica. “Cuando uno empieza, tiene que empezar con mucha calma, no acelerar y decir bueno, quiero correr 42, quiero correr 10 o quiero correr 5 en tal carrera. Hay que tomarlo más tranquilo y disfrutar de lo que uno empieza a hacer, porque cuando uno deja la parte de disfrutar, para tomarla como una obligación, puede ser que se sienta cansado y no le encuentre el gusto que tiene que tener”, advierte cómodamente sentada en el Parque Bicentenario.

-Podría decirse que estás en un renacer de tu carrera, como si estuvieras viviendo un nuevo romance con este deporte, como si fuera una etapa de reenamoramiento?

-Podría ser, tuve mucho tiempo parada por una lesión y fue al poco tiempo del que empezaba a correr, me costó salir de ese proceso,  y volver a empezar a entrenar y agarrar el ritmo en el que estaba antes. Ahora me encuentro en una etapa en la siento que pudo cosechar todas las semillitas que planté de a poquito. En un momento que estaba muy mal aprendí mucho, muchísimo.

-¿Qué objetivos tenés de acá en adelante?

-Me encantaría hacer las marcas mínimas para el Sudamericano (del 24 al 26 de mayo próximos), que las tengo hechas, pero para confirmar la clasificación hay que esperar los torneos de este año. Ya estoy feliz con tener las marcas, tampoco me lo esperaba, entonces es como un super agradecimiento a todo el esfuerzo y la perseverancia que tuve .

-¿Cómo manejás la presión?

-Cuando tuve la lesión fue muy difícil porque fue un año y medio y, en ese momento, uno está muy enojado con uno mismo por no haber escuchado a tiempo al cuerpo, por no haber hecho las prevenciones del caso y disminuir la carga. Pero bueno, de los errores uno siempre aprende. Las cosas que te pasan también te llevan a otro lugar, es todo una cadena, es todo un ciclo. Me lo tomé con mucha calma, fue un proceso super largo de recuperación. Prácticamente estuve seis meses parada y después, cuando volví, fueron otros seis meses en donde uno vuelve de a poco. Después de mucho tiempo de una lesión el cuerpo todavía tiene la sensación de dolor y es muy difícil sacar ese chip y decir “bueno, ya está, te recuperaste no va a volver a pasar, no te va a doler, si te duele es porque es tu cuerpo y todavía está como un poco dolorido”. En cuanto a las presiones, me relajé y dije ya el año pasado lo tuve como perdido y este año cuando empecé, me puse las pilas, pero más que nada por un tema de ver en dónde estaba. Me lo tomé muy relajado y gracias a dios fue super bien todo.

-¿Qué opinás de la frase “Es una locura hasta que lo hacés”?

-Es muy real la frase muy real, uno cuando lo plantea de lejos lo ve como una locura, o algo imposible de alcanzar, de hecho me ha pasado cuando vi los resultados de estos dos fines de semanas pasados (ndr: sus tiempos en el Grand Prix de Concepción del Uruguay fueron 16m16s en los 5 mil metros y 4m21s en los 1500) y era algo que yo realmente no me lo esperaba, y decís ¡wow!, es algo que puede pasar, está todo en la cabeza. Obviamente hay todo un trabajo, toda una preparación física y también mental que lo trabajás en los entrenamientos, pero muchas veces las limitaciones no las ponemos nosotros mismos. Las cosas pueden salir si uno las entrena, si las trabajás y si tenés fe, pueden salir tranquilamente. Paciencia también hay que tener porque todo no nos llega de arriba, claramente.

-¿Qué ganaste y perdiste con el atletismo?

-Yo no lo diría como perder, sino cómo invertir. Uno no pierde, en realidad uno invierte. Te podés equivocar en esa inversión o no, pasa el 80 por ciento de las veces. Uno piensa que está gastando mucha plata o estás perdiendo mucho tiempo y no, no es tiempo ni plata perdida, si no, es tiempo y plata invertida en un objetivo. Generalmente, el ser humano quiere todo ya. Empezamos algo y al mes ya queremos estar en forma, estar en los tiempos estábamos y nos tenemos que dar cuenta que eso lleva un proceso larguísimo, larguísimo. Hay que ser consciente y coherente, que es paso a paso, día a día, entrenamiento por entrenamiento. Te podés sentir bien un día y al otro día te sentís terrible, pero no es el fin del mundo, ni tampoco vas a creer lo que mucha gente cree, que porque te sale mal un entrenamientos le decís chau, hay que tener paciencia, mucha paciencia.

-¿Tuviste que sacrificar mucho por el atletismo?

Cuando uno pasa a cierto nivel de tipos de entrenamiento, lo que claramente le pasa a todo atleta es que el cuerpo se siente cansado y a veces tenés ganas de tomar unos mates con tu familia o salir con amigos y no lo podés hacer porque el atleta de alto rendimiento o el profesional de elite tiene otro tipo de responsabilidad con el deporte. Sacrificios creo que hacemos todos por lo que nos gusta, si realmente querés llegar a algún lado y si realmente te gusta lo que hacés, en todo hay un poco de sacrificio.

-¿Qué sueño tenés?

-Mi sueño es el olímpico primero. Llegar, después uno cuando llega, ve y trata de lograr una final o llegar lo más lejos que se pueda. Pero sin dudas, creo que el sueño de todo atleta es ser olímpico.

-¿Quiénes son tus referentes?

Tengo dos referentes: uno del atletismo y otro obviamente el deporte que hice durante mucho tiempo, la natación. En el atletismo es Dibaba, me parece una mujer súper fuerte, me fascina su técnica y, si algún día me escucha, quiero que sepa que me fascina. De hecho, las dos pruebas que ella corre, que son los 1500 y 5000, son las que a mí más me gustan. Por eso es mi referente en todos los aspectos. Y por el otro lado está Michael Phelps, me parece un monstruo y de hecho su biografía es como la biblia, tuvo una vida muy dura, muchos prejuicios cuando era chico, justamente, por su hiperactividad, sus extremidades que son muy largas. Y, en su carrera deportiva, logró tener una fortaleza en su cabeza enorme. Es un ser humano que nació para nadar, para hacer lo que hizo.

-¿Cómo te llevás con la tecnología y las redes?

-Trato mucho de no focalizarme en el tema de las redes. Es muy importante hoy en día, pero muchas veces es un arma de doble filo. Si no las sabés utilizar, te termina sacando de foco y realmente el atleta tiene que estar 100% focalizado: en los entrenamientos, en el descanso y demás. Entonces tenés que saber utilizarla, tenés que darle el tiempo adecuado, también no sobrepasarte porque es un vicio como todo, pero bueno creo que hay que saber manejarlo.

-¿Qué buscás en una zapatilla?

-Yo soy muy básica en lo que refiere a las zapatillas, voy siempre más a lo clásico, busco que no me haga sentir mucho el tema del impacto con el suelo. Me gusta que sea muy acolchonado y que me sostenga bien el pie, eso lo aprendí cuanto tuve la lesión. No importa tanto cómo me sienta yo en general, sino que el pie se sienta cómodo. Me gusta mucho ese tipo de zapatillas, las que pueden contener mejor el pie. Uso siempre Vomero, las últimas las 13, son lo mejor. Pero siempre me gusta ir probando distintos tipos, para poder conocer otras sensaciones, siempre es bueno ir cambiando porque generar una monotonía no es bueno, probando las nuevas React las sentí muy cómodas.

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