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Cada martes, cada jueves con mucho esfuerzo, trabajo y dedicación, semana a semana, con lluvia, frio, viento, también calor y mucha humedad, nada se interponía entre mis zapatillas y yo, entre la plaza y mi casa, ahí estaría yo ganándome esta medalla que me hará sentir orgulloso por siempre. Cada vez que la vea recordare lo mucho que tuve que trabajar para que hoy cuelgue de ese medallero escondido atrás de la puerta.

 No fue solo un entrenamiento físico el que hube de realizar para hoy tener estar en este podio, el podio de la vida misma. Fue un entrenamiento mental y espiritual también. Uno aprende a convivir con la ansiedad y los miedos, a las lesiones fundamentalmente. Una buena alimentación, procurando consumir aquellos alimentos que favorecen una rápida y elemental recuperación, el descanso, las zapatillas apropiadas, una buena planificación de los entrenamientos, una minuciosa arquitectura familia-trabajo-deporte por la importante cantidad de horas que lleva prepararse para un maratón y no morir en el intento. Sumaria un buen entrenador, que (de)muestre que el cumplimiento de tus sueños son tan importantes como los de él mismo. Todo eso bien podría formar el 50% el otro 50% lo pone uno y lo hace a través de la fuerza de la voluntad, porque es uno solito el que gana la pulseada cuando en la cabeza resuenan cualquier excusa para no ir a entrenar.

En cuanto a la carrera, debo hacer una gran autocrítica y reconocer que equivoque en no seguir el plan inicial… Fueron dos carreras, una con las piernas y la preparación que duro hasta el km 24, del 25 en adelante empece a desmoronarme lentamente, a pagar el gran esfuerzo del primer tramo. De ahí al final se sufrió, esta segunda parte se hizo enteramente con el corazón. La sensación no fue de la mejor, arrepentido por administrar mal la energía, cuestión que esto me obliga a pensar en una inmediata revancha.

Siempre vale la pena redoblar esfuerzos para conseguir aquello que uno anhela y se propuso como meta… Siempre esta bueno soñar, buscar, caminar, correr (en este caso), tropezar, levantarse y orientarse nuevamente, (re)visualizar el objetivo y seguir,. y así sera hasta el final de los días… Soltá todo lo que te detenga y pelea, pelea bien duro, por todo lo que te gusta… Es ahora el momento, quizás luego ya sea tarde.

Así, un día empece a lentamente a transitar un camino que al principio no era mas que largo y espinoso… Deje el pucho primero y disminuí la cantidad de alcohol que consumía, deje de lado algunos peligrosos pecados de juventud, y cosas que por esos tiempos creía disfrutar para darme cita conmigo mismo, deje mas luego de ingerir carnes rojas y eso me abrió el camino a conocer un sinnúmero de recetas, y nuevos ingredientes como verduras, cereales, legumbres y semillas.

Ya no busque mas como abrir las puertas cerradas en lugares equivocados, y me di cuenta que yo ya tenia esa llave maestra, cuando ni siquiera sabia lo que era.

Con Simón recién nacido, con una pareja solidificada en el amor y el respeto mutuo empece a correr -hace de esto dos año justos, hace dos años que runfun.net publica mis crónicas-. Pero ya no corro huyendo de lo que me hace mal. Frente a eso me plante, afronte y resolví lo que debía resolver.

Ahora corro tras mis sueños, corro para que la modorra no me alcance, corro por mi bienestar, corro porque una vez me dijeron que no podía, corro para demostrarle a mi hijo que el deporte es salud, corro porque al cuidarme a mi cuido a los míos, corro para llegar mas lejos, corro porque se corre con las piernas y se resiste con el corazón, corro porque del otro lado de la montaña siempre esta el verde.

Yo, ya de este lado de la meta puedo decir que los sueños se cumplen… hay que ayudarlos, hay que alimentarlos y perseguirlos como aquel que persigue algo que se mueve, hay que ser persistente y estarle encima, sin forzarlos y cuando sea el momento solo tenes que tomarlos. Pero que se cumplen, se cumplen…

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