No existirían los sueños, sin la posibilidad de poder cumplirlos
No existirían los sueños, sin la posibilidad de poder cumplirlos. Para cumplirlos uno se puede sentar plácidamente a esperar y en el mientras tanto buscar excusas de por que no se cumplen. O bien puede cambiar esas excusas por motivaciones y trabajar duro para estar siempre atento y presente, para estar “justo” mirando el cielo cuando pasa la estrella fugaz. En eso andamos…
Quienes corremos nos gusta andar con el cuerpo cansado y la mente tranquila… Es un reencuentro con el alma, con uno mismo.
Los nervios típicos de una distancia que no conocía, la mas larga distancia que hubiera hecho corriendo, 30 kilómetros, 300 cuadras para ilustrarlo mejor. Miedos a rolete, principalmente aquel de que algo saliera mal y que el cuerpo acuse algún dolor o lesión que me deje fuera del gran objetivo de mi primer maratón. Rápido despierto de ese pensamiento (negativo) que tome al pasar y me dije que eso no es el presente, el presente estaba ahí paso tras paso, en esas largas rectas que caracterizaban el circuito de los 30k #BuenosAiresSur.
La largada fue imponente no solo por el calor de la gente sino por las instalaciones del autódromo Juan Galvez, -por ahí pasaron los mejores de los mejores-, en el ambiente flotaba ese animo de superación personal que solo te da el deporte.
Todo dado, y Agustín y yo listos para largar. Afuera, del otro lado del alambrado Vane y Simón gritando ¡Fuerza papá! Yo no los escuchaba pero igual resonaba en mi cabeza y aunque me parece que ni ellos lo saben, son -junto con los que me alientan desde mas arriba- mi principal motivación…
Y largamos, acordamos correr juntos y así lo hicimos por 25 kilómetros, 25 hermosos kilómetros a un ritmo ideal que oscilaba entre los 4.50/4.55 por km. Pero el desgaste, el viento y una subida a la autopista a la altura del Parque Roca me hizo quemar las naves y con todo el dolor hube de pronunciar las palabras que no quería: -Anda Agus, no te puedo seguir- Aminore la marcha y cada kilómetro parecía que tardaba mas de lo que tarda la aguja larga del reloj en dar una vuelta completa.
El promedio general fue de 5.04 x km, un tiempo oficial de 2 horas 32 min, a priori hubiera firmado donde sea por estos números objetivos, pero la sensación de no haber podido mantener el ritmo fue en ese momento desanimarte. Creo, es lo que debía pasar para recordarme que aun debo trabajar mucho para que esas sensaciones no tengan cabida en mi.
Aun falta, pero se que puedo;
Aun falta, pero estoy mas cerca;
Aun falta, pero se que hay gente que me acompaña;
Aun falta, y no pienso renunciar hasta tener esa medalla colgando de mi cuello;
Por eso antes decía, no existirían los sueños sin la posibilidad de cumplirlos…
Y yo correré hasta alcanzarlos…