Félix Sánchez, la “oveja negra” del colegio: “El hijo de Delfo Cabrera me contó lo que fue su papá y quedé asombrado, quería eso”
José Félix Sánchez es un atleta argentino que nació en el barrio Juan Domingo Perón, Formosa, y que se vino a “los cuatro años para Wilde, Avellaneda“. Pertenece al running team de FCmax y que, además de dedicarse al atletismo, trabaja de pintor para así poder pagarse sus gastos.
El martes 18 de octubre, Félix antes de realizar el entrenamiento de aquel día, se tomó unos minutos para poder responder las siguientes preguntas mediante una conversación por videollamada.
-¿Te acordás de los viajes que hacías para ir a Buenos Aires?
-Tengo pocos recuerdos. Recuerdo que viajábamos en tren y que eran varios días de viaje. Me quedaron muy pocos recuerdos de ese momento. De la etapa de preescolar tengo más memoria.
-¿A qué colegios ibas?
-Uff, a la escuela Nº26 de Quilmes, la Nº51 de Avellaneda, creo que la Nº31 de Berazategui y la Nº27 de Quilmes. Fui a varios colegios, me pasaba que en uno estaba súper avanzado y capaz iba a otro que estaba muy atrasado, por lo que hay cosas que no vi. Imagínate que en un año me pasé a tres escuelas.
-¿Te quedaron algunos compañeros de esos colegios?
-No me quedaron muchos. Yo era como la oveja negra, capaz todos estaban de joda y yo era el deportista. Lo que me quedó fue del secundario de Maestro Mayor de Obras, hablo con algunos muy pocas veces. Están todos en otra, con hijos, con familias.
-¿En las clases de educación física que tenías en el colegio hacían varios deportes?
-Por suerte tuve un profesor que era de la Municipalidad de Quilmes y era profesor de atletismo, Antonio Murk. Él nos enseñó a hacer lanzamiento de jabalina, mi primer torneo grande lo hice como lanzador de jabalinas, fui al bonaerense de Mar del Plata y terminé ganando con 35 metros. Había quedado afuera de los 1.500m, los hice en 4m24s, corrí toda la carrera adelante y me pasan un corredor de 800m y un juvenil que tenía 1h12m en 21k, me pasaron a falta de 100 metros para terminar la carrera, yo no sabía cómo se corría ni nada.
-¿En ese momento sentiste algo especial por las pruebas de atletismo?
-Sí, sí, siempre me gustó correr, pero en ese momento yo quería ir a Mar del Plata a toda costa. Me acuerdo que en este torneo empecé haciendo salto en largo, hice 5,11m sin practicar y quedé tercero. Sólo clasificaban al regional el primero y segundo puesto, entonces yo iba de prueba en prueba para poder quedar clasificado. Me había puesto el buzo, el jean y la mochila, ya me estaba yendo hasta que escucho ‘último llamado para los chicos de jabalina’, ahí me di vuelta y me fui a jabalina.
-¿Cómo viviste el torneo en Mar del Plata?
-Yo quería correr, veía a los corredores y quería estar con ellos. Todavía no era atleta, pero ya tenía algunos indicios de atletismo por mi director de deportes, el hijo de Delfo Cabrera, que me contaba lo que era el padre y yo quedaba asombrado. En la prueba de jabalinas estuve cerca de clasificar a la segunda fase, terminé noveno con 40m, mi mejor marca. Ahí todos los juveniles eran federados.
-¿Te dieron algún consejo o propuesta después de la competición de lanzamiento de jabalina?
-El chico que quedó segundo, que creo que había tirado 48 o 50 metros, me dijo ‘tenés buena fuerza, pero muy mala técnica, si mejorás esos serías muy bueno’. Yo vengo de la construcción, desde los 15 años estoy en obras y los brazos los tenía finitos pero potentes, paleaba todo el día”.
-Quedándonos en el tema del entrenamiento, ¿vos ahora te entrenás solo?
-Sí, el tema de dejar de entrenar con alguien es porque no me gustaba estar atado a una persona, porque uno cuando tiene un entrenador tiene que respetarlo y hacer lo que él dice.
-Ya que te entrenás solo, ¿se te pasó por la cabeza dejar por unos meses tu trabajo para así sólo dedicarte al atletismo?
-No dejé la pintura, pero le traté de meter al atletismo el 100% y terminé lesionado, me faltó descanso, trabajaba y entrenaba a full. Me acuerdo que me dormía mientras comía, me levantaba a las 4am, seguía comiendo y me dormía otra vez, eso me pasó unas cuatro/cinco veces en ese momento. Yo me levantaba a las 5am, iba a entrenar y volvía para ir a trabajar, para luego entrenar a la tarde, todo al 100%.
-¿Qué lesión tuviste?
-Terminé jodido con el talón de Aquiles, me perdí el campeonato nacional de cross y creo que estaba para pelear la medalla. Al año siguiente me recupero, en 2010, y después ya estaba entrenado en febrero, la primera carrera que tengo luego de ese parate le gano a Luis Molina. Imagínate el nivel que tenía en ese momento, estuve parado seis meses y con tres meses de entrenamiento le gané a Molina. En ese momento nadie me conocía, yo tenía el pelo largo jajaja.
-Siguiendo un poco más en tu pasado, ¿Qué recuerdos te trae ver el Parque Domínico?
-Fue muy lindo ver la pista de sintético. Mis mejores momentos, cuando me quise dedicar a entrenar, fueron ahí. Yo me había puesto muy triste cuando empezaron a hacer las obras, porque yo entrenaba ahí en un parque que tenía 1.000 metros la vuelta, que se le llamaba el Circuito de las Piletas, era todo cross, subidas y bajadas. Hicieron las reformas y rompieron algunos árboles. Pero fue para mejor, hicieron semejante natatorio, buenos gimnasios para los atletas y el circuito está más reducido, pero sigue siendo un buen circuito. Después de la pandemia dejé de entrenar ahí, pero cada tanto voy a la pista. Muy lindo lo dejaron, ahora tiene un gimnasio y los vestuarios quedaron como nuevos.
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