Algo huele mal en UTMB Argentina: el negocio detrás del negocio de UTMB en el país
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¿Qué te pasa Bariloche? Diferencias con organizadores locales, “filtraciones” de mapas y circuitos, ¿deudas con proveedores?: cuando lo único que se desangra es el deporte y perjudican a los corredores
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Partamos de una base y un contexto: nadie llora ni orina agua bendita. ¡Nadie! Nadie es inocente porque todo esto, en definitiva, se trata de una pelea por plata y poder. Aquí y allá. En este caso, son privados que, en cierta forma, se entremezclan y/o entremezclaron con el erario público: la llamada “teta del Estado argentino”. Esta vez no está de por medio la siempre cuestionable —a los hechos me remito— Confederación Argentina de Atletismo (CADA), una entidad que sí es pública y de los corredores, y que poco hace (casi nada) por el deporte y por ello será siempre minuciosamente auscultada (por más que les moleste).
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Nadie puede dudar de la potencia que representa la marca Ultra-Trail du Mont-Blanc. O UTMB, simplemente. Como si fuera un poderoso imán, su sola mención remite a una de las carreras más marketineras y aspiracionales del mundo. Correr UTMB, en los últimos años, se convirtió en una cucarda que otorga estatus y relevancia. Un distintivo que no sólo genera pertenencia, sino que aparece como un invaluable capital simbólico entre los corredores.

Así, la carrera creada por Michel y Catherine Poletti, en modo asociación, se unió a The Ironman Group, en 2021, con el objetivo de crear un circuito de carreras que se rigieran con los estándares de la prueba en Chamonix. Por ello, lo concreto es que Ironman rompió chanchito y adquirió buena parte de UTMB para, en 2022, iniciar las UTMB World Series. Si bien los Poletti afirman ser los accionistas mayoritarios, The Ironman Group le inyectó una dimensión aún más global a la carrera de trail y ultra trail más grande del mundo.
Desde su primera edición en 2003, UTMB creció tanto que se erigió como el evento más mediático del trail running mundial. A partir de ella, los más grandes corredores de trail y ultra trail quisieron estar presentes. Y con ellos, claro, la gran mayoría de corredores amateurs, con o sin grandes pretensiones deportivas, también sueñan con estar en Mont Blanc.

En este este contexto, el famoso circuito de carreras no se iba a perder la posibilidad de volver a intentar pisar suelo argentino. Tras el estrepitoso y casi cantado fiasco de 2019, cuando la prueba se realizó bajo la denominación “Ushuaia by UTMB”, la franquicia abrió el juego para que distintos oferentes interesados pudieran pagar el oneroso costo para ser parte.

Fueron a buscar a todos, o casi todos, para poder realizar la prueba en tierras argentinas. Primero, desde Francia y, más acá en el tiempo, a través de Alejandro Ochoa, el actual Director para América latina de UTMB. La respuesta de todos, o casi todos, los organizadores nacionales fue negativa porque “de ninguna manera daban los números” para solventar las demandas y exigencias de UTMB: abonar una franquicia (de la que ya hablaremos más adelante), otorgar un porcentaje de inscripciones y las distintas cuestiones estéticas para mantener la esencia y la estética de la UTMB original. Desde Sebastián Tagle (El Cruce y El Raid, entre un sinfín de carreras), Rodrigo Peiretti (Champa Ultra Trail y Amanecer Comechingón o Utacch), Diego Tonón (que hacía Snow Run y ahora coparticipa en El Paso Austral), BRUT y Bariloche 100, entre otros.
Los únicos que dieron el OK fueron Gonzalo Castillo y Florencia Madero —hay que reconocerlo— porque, estimo, supieron ver el bosque más allá del árbol, en un rubro que no conoce de lealtades, solo de intereses con apuestas fugaces diseñadas para el consumo rápido a la medida de la urgencia y el marketing. Es decir, a fórmulas instantáneas que responden más a la moda que al verdadero espíritu de la montaña, con soluciones enlatadas que privilegian el impacto antes que la identidad.
UTMB y un intento más en la Argentina:
Con ellos, con Castillo y Madero, UTMB regresó a la argentina con un contrato por 5 años (con prioridad para renovar) que se inició en 2023. ¿El costo? Para realizar la primera fecha, la que se hizo en 2023 en Córdoba, debieron desembolsar 130.000 dólares en concepto de franquicia (luego se suma el 12% por cada inscripción en concepto de asesoría), según informaron los propios organizadores.
Así, UTMB se asegura recibir dinero fresco por cada carrera y el monto puede escalar hasta los 250.000 dólares por proporcionar su know-how (algo así como la consultoría) para mantener la línea ornamental amoldada a la de la UTMB francesa.
Ni lerdos ni perezosos, Castillo y Madero picaron en punta y se aseguraron la prueba en tierras argentinas, al inicio, con el naiming Valhöll. Primero en Córdoba, con dos ediciones, que sufrieron varios vaivenes y reveses. Algunos, acaso, por inexperiencia. Otros, en cambio, por marchas y contramarchas que los llevaron a tener algunos problemas que aún intentan surfear.
En la primera, la de 2023, les habría quedado una deuda mayúscula con Gabriel López, histórico confeccionador de remeras que trabajó con todos y cada uno de los grandes organizadores de carreras de running y trail running del país. A López, le solicitaron para Valhöll 2023, según pudimos confirmar, unas 3700 remeras (a $7000 por unidad – $25.900.000 totales), 3000 remeras térmicas ($4500 – $13.500.000) y 2500 buzos ($8500 – $21.250.000).
Según se pudo saber, le pagaron el 35%. Es decir, del total de $60.650.000 apenas le saldaron $21.227.500 para dejar una deuda impaga de $39.422.500 (sin actualizar). En palabras de los organizadores, en cambio, “fue una decisión nuestra la de cambiar porque no se cumplieron las pautas de calidad que le pedimos y no hay más que eso”, aseguró Castillo. Algo que López negó y sostuvo haber entregado la mercadería en perfectas condiciones. Vale aclarar que López cuenta con una muy buena reputación de parte de otros organizadores que continúan trabajando con él, incluso aquellos con quienes no lo hizo dieron testimonio de su idoneidad.
Mientras que, en 2024, el proveedor de remeras, de acuerdo a lo informado por Castillo y Madero, fue Ezequiel Gómez, de Córdoba (un proveedor inubicable), quien no les entregó los productos y, según refirieron, se anoticiaron del inconveniente días antes de la carrera (hasta ahora, no hubo forma de localizar ni a Gómez ni a su empresa para ratificar o rectificar la información). Vale decir que, desde la organización, se hicieron cargo de enviarlas por correo una vez finalizada la carrera. “Se los hicimos conocer a UTMB y al gobierno local, para advertirles y explicarles la situación. Como dimos la palabra, entregar las remeras fue una decisión nuestra que cumplimos”, dijeron Castillo y Madero, en una conversación vía Teams (similar al Zoom o Meet) que duró más de dos horas.
Más allá de los problemas con los proveedores de remeras, que también habrían tenido con puesteros locales, surge una pregunta: ¿Qué lleva a una organización que tenía una fecha, un evento como Valhöll con la liturgia vikinga que había generado buena aceptación, con más de 4000 participantes a retirarse de Córdoba, su terruño, sin dejar ninguna carrera ni nada? Mucho más, si a donde llega primero, Ushuaia, donde no supera los 1900 participantes con los mismos valores. ¿Antes daba pérdida con 4000 y ahora no con 1900?
Cambio de rumbos: ¡hola Ushuaia!
Tras el golpazo en su propio terruño, Córdoba, Castillo y Madero decidieron emigrar a la siempre tentadora pero difícil Ushuaia para así llevar su carrera al fin del mundo. “Las franquicias las pagamos siempre nosotros”, afirmaron Castillo y Madero. “Fuimos a pérdida antes y, ahora, en Ushuaia no contamos con apoyo económico del Estado. Ushuaia como Bariloche son destinos estratégicos y posicionan a la Argentina en el mundo”, sumaron. Y añadieron: “Esa es nuestra visión sobre el mundo del trail. Los extranjeros quieren venir a correr a la Argentina”.
Vale aclarar que tanto Castillo como Madero crecieron y adoptaron buenos hábitos organizativos a partir de su experiencia como corredores y por un contacto, que supo ser estrecho, con Rodrigo Peiretti y Tania Díaz Slater, líderes de Champa Ultra Trail y UTACCH. No es casualidad que varios de los principales colaboradores que hoy trabajan junto a los organizadores de UTMB Argentina se hayan formado bajo el ala de Peiretti y Díaz Slater. César Vélez, por ejemplo, fue mano derecha de Peiretti.
Una experiencia ajena que les sirvió para absorber conocimientos y contactos para luego romper ese lazo sin mediar las consecuencias y el imprescindible ser y parecer. Esto es, por supuesto, no morder ni traicionar al que te dio una mano. Elecciones y decisiones al margen, Castillo y Madero decidieron armar su propio negocio.
Conexiones nacionales:
En Córdoba, por caso, tuvieron reuniones varias con el área de Deportes, por entonces a cargo de Héctor “Pichi” Campana, quien amablemente los atendió, pero nos les abrió el grifo económico porque no le pareció correcto desembolsar semejante cifra por la franquicia, entre otros requerimientos de UTMB. En ese lapso, con el cambio de gobierno a nivel nacional con Javier Milei, el matrimonio logró acceder a Daniel Scioli, secretario de Turismo, Ambiente y Deportes de la Nación, y a Yanina Martínez, la subsecretaria de Turismo despedida por el exmotonauta en diciembre de 2024 porque se fue de vacaciones a Europa en contradicción con las recomendaciones del Presidente, que había aconsejado a su gabinete no salir del país.
El objetivo no fue otro que tratar de unir fuerzas, sobre todo económicas, para hacer un evento más grande y convocante. Aquí, el nexo fue Martín Haure, hijo de Alberto Haure, quien tiene línea directa con Guillermo Francos, el actual jefe de Gabinete de la Nación, en sus tiempos en la Gobernación de la provincia de Buenos Aires bajo el ala de Scioli.
¿Cómo? Muy simple, Francos fue presidente del Banco de la provincia de Buenos Aires desde 2007 a 2011. Y Haure padre fue presidente de Provincia Seguros desde 2008 hasta 2016, que, por ese entonces, también colocó a su hijo, Martín, en Provincia ART. Se trata, casualmente, del mismo período de tiempo en el que Javier Milei facturaba locaciones de servicio en calidad de asesor económico del gobierno de Scioli, vinculación a raíz de la cual se vio envuelto en una serie de facturaciones irregulares por presuntos servicios de consultoría inexistentes.

La conexión de Haure con Milei se hizo aún más evidente cuando, meses atrás, un periodista del diario La Nación (Hugo Alconada Mon) destapó un escándalo financiero relacionado con facturas “truchas” emitidas por Milei entre 2012 y 2015. Estas facturas, a favor de Provincia Seguros, sumaban más de 120 millones de pesos ajustados por inflación, lo que llevó a Milei a acogerse a una moratoria ante la AFIP. Las facturas involucraban presuntos trabajos de consultoría que nunca se habrían realizado. Incluso, Haure padre fue parte del Gobierno libertario de Milei: integró la Secretaría administrativa de Interior, puesto que dejó en octubre de 2024 por “motivos personales”, menos de dos meses después de que la investigación de Alconada Mon mostrara que Milei había emitido facturas fraudulentas a Scioli.
Entonces, con el exmotonauta como aliado, el desembarco en Ushuaia fue más rápido y asequible dado que lograron jugar con el que ahora pareciera tener el caballo del comisario.
La prueba en Ushuaia se corrió entre el 18 y el 22 de marzo pasados y tuvo cerca de 1900 corredores distribuidos en seis distancias. Y la organización contó con algo más que apoyo estatal y privado: obtuvo pasajes, hoteles y comidas para más de 100 invitados entre prensa, atletas y celebrities.
Cuesta entender cómo, en tiempos donde el “no hay plata” se volvió mantra de un Gobierno que llegó prometiendo cambiarlo todo, se puedan destinar onerosas sumas mientras el país pende de un hilo llamado Fondo Monetario Internacional para seguir conteniendo el dólar. Todo esto, mientras los de siempre fugan divisas y a la mayoría de la población le cuesta llegar a fin de mes.
Ahora, ¡Bariloche!: abróchense los cinturones que hay más
Siguiendo su hoja de ruta, ahora, la carrera decidió apostar una ficha más (¿y van?) y abrió una nueva edición para este año (del 18 al 22 de noviembre) con Patagonia Bariloche By UTMB. Pero antes, vale decirlo, coquetearon con un sueño: hacer esta fecha de UTMB, pero en Villa La Angostura. Para ello, mantuvieron reuniones con el intendente Javier Murer y el secretario de turismo Ignacio Roberts, quienes les abrieron las puertas de la Villa con un solo condicionante: que la fecha no fuera en noviembre para evitar romper el calendario que, desde 2003, tiene al K42 como una de sus fechas primordiales y este año, entre el 1 y el 6 de diciembre, suma a El Cruce, la carrera por etapas más importante del mundo. En suma, dos eventos que a la ciudad patagónica le generarán un gran impacto económico.
Por eso, ya con Scioli y turismo de la Nación cerca, en Bariloche ingresaron de la mano de Sergio Herrero, el polemiquísimo y resistido secretario de turismo local. Un político cuestionado por toda la comunidad barilochense que fue interpelado en marzo pasado por la Legislatura de su ciudad y que además, entre otras cuestiones por lo menos llamativas, según consignó La Política Online fue denunciado por violencia de género. Además de secretario de turismo, Herrero es la cabeza del Ente Mixto de Promoción Turística (EMPROTUR) y ambas gestiones son cuestionadas por distintos sectores del empresariado turístico local.

La búsqueda de Patagonia Bariloche By UTMB a fines de noviembre, no caben dudas, tiene como fin principal actuar como última catapulta para sumar puntos y roquitas (las Running Stones) para acceder al sorteo de UTMB original de 2026. Esto, por supuesto, esmerila a otras carreras que no quisieron subirse al equipo de Castillo y Madero para ser parte de UTMB. Aclaremos, lo que antes le sucedió a Bariloche 100 (hubo negociaciones para que esta prueba adquiriera la etiqueta UTMB), le pasó ahora BRUT: dos carreras en la que UTMB Argentina puso sus ojos para agregarle el “By UTMB” al naiming. Una en marzo y la otra en noviembre. Ambas se sentaron a negociar y no llegaron a buen puerto.
Entonces, ¿por qué una franquicia recién llegada puede exigirle a una carrera que cambie su fecha? ¿Con qué derecho? ¿Se creerán los dueños del calendario? ¿Qué poderes manejan? Primero intentaron que BRUT Bariloche se sumara a UTMB. Ante la negativa, sugirieron —con bastante liviandad— que cambiaran su fecha, pese a que BRUT hace meses viene trabajando para celebrar su 10° aniversario para el próximo 30 de noviembre. ¿La razón? Ellos iban a hacer (y finalmente hicieron) su Patagonia Bariloche By UTMB.
También es válido preguntarse: ¿qué hubiera pasado si se hubieran puesto de acuerdo? Probablemente nada de esto. Pero lo cierto es que no lo hicieron. Y ahora queda al desnudo una lógica que muchos ya empiezan a ver: imponer antes que construir.
Mapas y circuitos “filtrados”, una lucha que no cesa

En toda esta jungla pantanosa de intereses y teléfonos descompuestos, el 28 de marzo pasado, se conocieron los circuitos de Patagonia Bariloche By UTMB, a partir de una supuesta “filtración”, según explicaron desde UTMB Argentina. La verdad, que se pudo chequear a través de un mail de UTMB internacional que documenta lo que sigue: los recorridos de la próxima edición barilochense de la franquicia gala estuvieron visibles por más de 24 horas en la página oficial tan sólo para generar más expectativa y deseo de los posibles/futuros inscriptos. Una estrategia conocida, como tantas veces ocurre previo a abrir las inscripciones de una carrera (prevista, en este caso, para el 3 de abril).
Mostrar los recorridos, sin las autorizaciones previas, actuó como una catarata de reclamos lógicos y esperables. Por caso, de parte de Catedral Alta Patagonia S.A. (CAPSA), que pertenece al Grupo Vía Bariloche, del Club Andino (a cargo del Refugio Frey) y el Barrio Privado Arelauquen, entre otros. Hasta el momento, sin un organizador local que acepte trabajar con ellos, la referencia principal en Bariloche para Castillo y Madero es Genaro Crisóstomo, un corredor, instructor de esquí y guía de montaña que salió 2° en Cuatro Refugios.
Dichos circuitos (en forma de mapas) fueron levantados de la web, aunque mantienen la misma altimetría en la información con un perfil por donde, supuestamente, correrán los participantes. “Los recorridos no están confirmados, es probable que cambien porque todavía los estamos trabajando. Lo que se vio es un borrador, no son los definitivos porque es un proceso largo y el circuito puede mutar hasta último momento por temas seguridad y eso se estudia mientras se está en el terreno”, expuso Castillo.
Ante semejante intromisión sin autorización, la Subcomisión de Aventura del Club Andino de Bariloche, con fecha 8 de abril, les envió una carta a Alejandro Ochoa (director para América latina de UTM) y a UTMB World Series para mostrar su “profunda preocupación ante la confirmación de un evento UTMB en la ciudad para el mes de noviembre del corriente año”, dado que “el desembarco en la ciudad de los organizadores a cargo de este evento no ha sido el mejor decidiendo dejar de lado muchas cosas que para nuestra comunidad son esenciales”. En la misma línea, precisaron: “Vemos con asombro y extrema preocupación decisiones que han tomado respecto a una parte del recorrido (según altimetrías presentadas en la web para las modalidades 130 Km y 85 km). En primer lugar, remarcamos nuestro descontento ante la utilización del Refugio Frey, propiedad del Club Andino Bariloche, sin solicitar autorización alguna para esto”.
En cierta forma, el ego y la vanidad se imponen para dañar a nuevos organizadores y también a históricos hacedores que, gusten o no, marcaron un camino en esta industria llamada running y trail running. Por ejemplo, ahora, al K42 con una fecha cercana en el calendario y en distancia geográfica. Y, probablemente, el año que viene, se lo genere al Club de Corredores y a su ya legendario El Cruce que, de continuar con la rueda entre Bariloche, San Martín de los Andes y Villa La Angostura (donde se correrá este año), en 2026, ¿regresa a Bariloche?
De una manera u otra, UTMB golpea fuerte —en todo sentido— sobre una actividad deportiva a la que la mercadotecnia le suma cada día nuevas artistas, en un mundo donde nadie, absolutamente nadie, como ya dijimos, llora ni orina agua bendita y cada quien tira agua para su molino. Y muchas de esas figuras, por supuesto, resultan tan perjudiciales que, más temprano que tarde, terminan generando rechazo entre sus pares y, peor aún, entre los propios corredores. Es decir, los verdaderos protagonistas de las carreras, porque son ellos quienes pagan las inscripciones, compran el merchandising y sostienen, en definitiva, toda la fiesta.
Como se expuso más arriba, quienes hacían Valhöll, hoy cuentan con el aval del multifacético Scioli, quien supo camuflarse como menemista, duhaldista, kirchnerista y, ahora —al menos por el momento—, se maquilla de mileísta.

Como sabemos, nada dura para siempre. Y mucho menos en la política. ¿Qué pasará cuando ya no esté quien hoy los empuja y los hace sentirse los dueños del mundo? La vida es una rueda: hoy podés estar arriba, muy arriba… pero cuando gira, volvés a ras del suelo. Tal vez, el vuelto sea más caro de lo que algunos imaginan, y no falten quienes estén esperando la caída. Porque, en un mundo donde ni los buenos son tan buenos ni los malos tan malos, todo puede pasar.



