¿Cómo se explica el renacer del atletismo italiano?
Italia tiene una nueva receta, y no, no es algo relacionado a la gastronomía, sino que a base de trabajo y planificación, los atletas italianos se fueron de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 con cinco medallas, todas doradas. No solo se destacaron en la pista, también lo hicieron en las calles (marcha atlética), y en el salto en alto.
El más destacado fue Marcell Jacobs. Ganó los 100 metros, la prueba más taquillera del atletismo y la posta 4×100 (junto con Lorenzo Patta, Eseosa Desalu y Filippo Tortu). Nació en El Paso, Estados Unidos, y desde sus tres semanas de existencia vive en Italia. Con un tiempo de 9.80 segundos hizo el mejor registro nacional y fue el primer velocista italiano en ganar un prueba de velocidad desde Pietro Mennea, en los 200 metros de Moscú 1980.
También se lucieron en el salto en alto, de la mano de Gianmarco Tamberi, quien saltó 2.37 y compartió el primer puesto con el qatarí Mutaz Essa Barshim. Ambos atletas regalaron uno de los mejores momentos de los Juegos Olímpicos. Además, ganaron en ambas ramas de la marcha de 20 km: Antonella Palmisano, en mujeres, y Massimo Stano, entre los varones.
Tito Tiberti, team manager del maratón y la marcha italiana declaró en una nota con el sitio Bolavip: “Se convencieron (los atletas), de que pueden competir a nivel mundial, al mismo nivel que el resto. Que también pueden ser rápidos”.
Igualmente, Tiberti sostiene que este proceso viene de hace varios años con atletas que fueron protagonistas en campeonatos europeos juveniles y que estos campeones servirán como inspiración para las futuras generaciones.
Además, desde la década del ’50, el Comité Olímpico Nacional Italiano (CONI), sostiene acuerdos con los distintos cuerpos militares para formar grupos deportivos. En los últimos años, el estado italiano invirtió en este programa para que los deportistas puedan progresar en lo deportivo y en lo profesional. Para Tokio, el CONI hizo una inversión de 150 millones de euros y los resultados están a la vista: 40 medallas, récord para la delegación italiana. Y, de los 59 italianos medallistas, 49 son policías o militares.
Según Tiberti, cuando se habla de planificar, no se trata sólo de las carreras.: “Se planifica todo. Se planifica el recorrido que los atletas hacen desde que son jóvenes hasta que están listos para la competencia del máximo nivel como los Juegos Olímpicos”, cuenta. Y agrega: “Eso fue fundamental para llegar listos a las competencias. Pasando por los campeonatos juveniles hasta lo internacional. Construir. Y eso faltaba en la cultura deportiva del atletismo italiano, en los últimos años. Existía en los 70s y 80s que estábamos al tope mundial”.
El ejemplo italiano, claro, se trata de una búsqueda planificada e ideada a partir de una mirada integral pensada a futuro más allá de Tokio 2020. Incluso, la búsqueda azzurra es trascender París 2024.