Delfo Cabrera, el maratonista de Armstrong
Delfo Cabrera nació el 2 de abril de 1919, en Armstrong, Santa Fe. Por aquel entonces, un pueblo que no tenía muchos habitantes, según el censo de 1980, recién alcanzaba las 2000 personas. Su nombre no es por Louis Armstrong, el trompetista, o por el austronauta Neil Armstrong. En rigor, es por el irlandés Tomás Armstrong, uno de los pioneros de la empresa ferroviaria en el país.
Delfo fue el cuarto hijo de los seis que tuvo el matrimonio compuesto por Claro Cabrera y Juana Gómez. El primer acercamiento que tuvo con el atletismo fue a los 13 años, más exactamente el 7 de agosto de 1932. Ese día, en la ciudad estadounidense de Los Ángeles, el maratonista argentino Juan Carlos Zabala ganó la maratón olímpica y ese hecho del Ñandú Criollo inspiró al joven de Armstrong. Un dato de color es que Zabala también era de la provincia de Santa Fe, más bien era rosarino.
Su casa de la infancia, es conocida como “la casa de los naranjos”, porque su papá tenía la costumbre de plantar uno cada vez que nacía uno de sus hijos. Los árboles permanecieron con el paso del tiempo en aquel domicilio que lo vio nacer. Pero Claro falleció cuando Delfo era aún un adolescente, por eso, debió hacerse cargo de su familia junto a su hermano. Tuvo diferentes trabajos pesados como ladrillero o jornalero, los cuales fueron moldeando su sacrificio y también su cuerpo. Pero lo más importante, sus piernas, las formó a la vuelta de las jornadas laborales. Cabrera hacía el largo retorno a su casa corriendo, para ganar resistencia y músculo.
Consiguió trabajo en la vialidad para la construcción de la ruta 9, pero a los 18 años su vida tuvo un giro de 180 grados. El Club Atlético San Lorenzo de Almagro le ofreció radicarse en Buenos Aires, ser parte del equipo de atletismo del club y pasar a ser entrenado por el profesor Francisco Mura, una eminencia. Pero solo con correr no le alcanzaba para vivir, luego de realizar el servicio militar, se casó con Rosa Lento (una ironía del destino) y tuvo tres hijos: Hilda, Delfo Junior y María Eva, ahijada de Eva Perón. Delfo era confeso peronista. Ante esta situación de ser padre de familia, se hizo bombero de la policía federal y se recibió de profesor de educación física.
Todo esto lo logró sin dejar de lado el atletismo y tanto esfuerzo y sacrificio lo llevaron a representar a la Argentina en los Juegos Olímpicos de Londres 1948. La primera cita olímpica en 12 años, tras la Segunda Guerra Mundial. La delegación se compuso por 242 deportistas, 11 mujeres y 231 varones, la más numerosa de la historia. El país atravesaba un gran momento deportivo gracias al talento individual y a las numerosas políticas deportivas llevadas a cabo. Aunque Cabrera pudo financiar su viaje gracias a una colecta que realizaron sus compañeros del cuerpo de bomberos.
Con su cuerpo tonificado, su típico bigote en forma mostacho y con su baja estatura fue parte de la maratón olímpica de 1948, aunque algunos médicos le habían sugerido que no lo haga porque tenía un soplo en el corazón. Poco le importó. Además, esta sería su primera carrera con la distancia de 42 kilómetros 195 metros. El 7 de agosto, exactamente 16 años después de la gesta de Zabala en Los Ángeles, Cabrera largó junto a otros dos argentinos (Eusebio Guiñez y Armando Sensini) desde el Estadio de Wembley, donde también iba a terminar la prueba.
Las ordenes de Mura fueron claras, a partir de los 20 kilómetros Delfo debía acelerar el ritmo. Comenzó la prueba al trotecito y detrás de sus otros dos compatriotas, pero en el ecuador de la carrera obedeció a su entrenador y aceleró. Tanto así que al kilómetro 35 ya se posicionaba segundo. Ingresó al Estadio Olímpico en esa posición y en el sprint final, uno de sus fuertes, superó al líder el belga Étienne Gailly, que no daba para más. Con el dorsal 233, su musculosa blanca con vivos azules y con una sonrisa (forzada por el esfuerzo), Delfo Cabrera cruzó la línea de meta primero con un tiempo de 2h34m51s y se consagraba campeón olímpico. El mismo día que su insipiración, Juan Carlos Zabala, el día que hoy se conmemora como el Día del Maratonista Argentino.