El próximo domingo 24 de noviembre, en las ruinas de Villa Epecuén, se realizará la Vuelta al lago Epecuén. Con inscripciones aún abiertas, la carrera a través del tiempo sigue en marcha y ofrece tres distancias: 60km, 21km y 10km.

Mientras los corredores se preparan para vivir una carrera muy especial, la séptima edición ya tiene dos elementos esenciales: la remera y la medalla oficiales.

Este año, la medalla finisher, uno de los objetos más deseados y venerados por los corredores, surgió de un concurso entre cinco equipos de alumnos de 5° y 6° años de la Escuela Técnica 1 de Carhué, quienes fueron guiados por los profesores Emanuel Pereyra Jimena Fuentes.

Resultó ganador el integrado por Axel Lick, Nerina Garayalde, Aarón Dompinguez, Candela Schonohoff y Abril Pertecarini, alumnos de 6° año, quienes tomaron la icónica figura de Pablo Novak, el último habitante de Epecuén, fallecido el 22 de enero pasado a sus 93 años.

Don Pablo tenía veinticinco nietos y nueve bisnietos, y llevaba 33 años viviendo solo en distintos ranchos alrededor de los restos de Epecuén, mientras él se movía con sus chivos y vacas por esos campos.

Se trataba de un hombre simple y solitario pero sumamente alegre. En 1985 la inundación lo corrió de su campito junto al célebre Matadero del arquitecto Francisco Salamone.

En 1990 se instaló en una casita semiabandonada que se salvó de las aguas crecientes del lago por unos metros. Allí le llegó la luz recién en 2022 y la compañía eran una radio, su perro y miles de turistas que querían conocerlo.

En sus palabras: “A Epecuén lo vi nacer y morir; sin bicicleta ya no puedo ir; pero los turistas vienen a mi casa y los recibo a todos. Y a veces vamos juntos”. Además, los ganadores tomaron como elemento destacado la última escalera que está en pie en las ruinas de Villa Epecuén y que corresponde al ex Residencial Coradín, frente al Banco Provincia en lo que era Avenida de Mayo y Mitre.

Y, con la misma lógica, la remera oficial de la Vuelta al Lago Epecuén, también será en honor a Novak. En este caso, el artista local Gustavo García, quien desde hace años cuenta la historia de Epecuén de manera ilustrada, realizó la estética de la remera oficial.

En suma, amalgamó los registros del pasado con la tecnología digital para así construir un presente continuo en el que buscar unir la memoria histórica por el que los participantes van a correr y que estará plasmada en la remera de carrera. Se trata de una obra de arte exclusiva que recorre el Matadero, las ruinas del viejo complejo termal, una fauna única y el recuerdo del último habitante de la Villa.

Asimismo, las inscripciones están abiertas en el sitio web oficial de la carrera: http://vueltalagoepecuen.com/inscripciones/

La Vuelta al Lago Epecuén se convirtió en uno de los eventos más importantes para los habitantes de Adolfo Alsina y alrededores. Su cabecera es la localidad de Carhué, situada a unos 10 km de lo que fue la villa turística de Epecuén, fundada en 1821, que durante más de 60 años creció hasta alcanzar la capacidad de hospedar a 5,000 viajeros, convirtiéndose en el segundo destino turístico de la provincia de Buenos Aires, solo por detrás de Mar del Plata.

La prueba de ultradistancia, con 60 kilómetros de terreno técnico, pero sin grandes desniveles, sigue atrayendo a nuevos corredores que vivirán una experiencia tan desafiante como inolvidable. Con su costa de barrancas, arenas, suelo salino, arroyos, bosques de caldenes y campos, las inmediaciones del lago incluyen caminos vecinales y las ya famosas ruinas de Villa Epecuén.

Esta prueba de ultratrail no es exclusiva para ultramaratonistas y aventureros de larga distancia. Como siempre, habrá dos circuitos adicionales para quienes deseen disfrutar de este entorno único en el mundo: una carrera de 21 km y otra de 10 km (las distancias son aproximadas y pueden variar según el clima y el estado del terreno). De esta manera, todos tendrán la oportunidad de ser parte de una carrera especial, que busca transformar el pasado en un presente próspero. Ahora, sus herederos han decidido revalorizar su historia a través de diversas experiencias que destacan sus huellas y su legado.

Volvemos a dar la Vuelta al Lago Epecuén, volvemos a dar la vuelta a la historia.

Villa Epecuén fue un pueblo que albergó a 1500 habitantes estables hasta que el 10 de noviembre de 1985 se inundó y todo cambió, para siempre. Sin embargo, en los últimos años, esa villa turística volvió a emerger entre las aguas.

Declarada como Patrimonio Histórico de la Provincia de Buenos Aires, esta geografía única convierte a la Vuelta al Lago Epecuén en una carrera de ultradistancia de aproximadamente 60 kilómetros que lleva a sus a bordear todo el espejo cristalino de casi 30 kilómetros de largo. Poseedor de un alto nivel de salinidad, similar al Mar Muerto, el lago Epecuén posee propiedades altamente curativas a través de sus aguas termales.

Bajo la premisa de resignificar el pasado para unirlo con un presente próspero, la Vuelta al Lago Epecuén se convirtió en uno de los eventos más importantes para los habitantes de Adolfo Alsina, cuya cabecera es la localidad de Carhué, distante a unos 10km de aquella villa turística que supo ser Epecuén, fundada en 1821 y que durante más de 60 años creció hasta alcanzar la posibilidad de hospedar a 5000 viajeros para convertirla en el segundo destino turístico de la provincia de Buenos Aires, por detrás de Mar del Plata.

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