Joaquín Arbe, Eulalio Muñoz y Belén Casetta, entre la nieve patagónica y la altura tucumana
El fondista chubutense Joaquín Arbe, desde hace varias semanas, pudo retomar sus entrenamientos normales. Así empezó a sumar kilómetros en su ciudad natal, Esquel. A pesar del riguroso invierno que atraviesa nuestra Patagonia, Arbe ya está cumpliendo sus entrenamientos con el sueño olímpico de Tokio 2021, para el que ya tiene la marca mínima. También en Esquel entrena otro de los maratonistas argentinos con marca mínima, Eulalio Muñoz.
Arbe realizó un video para Red 43, con los imperdibles paisajes de la cordillera chubutense. Un año atrás, Arbe vivió dos de los más recordados momentos de su campaña: fue el mejor argentino en los 21k de Buenos Aires con un registro personal de 1h02m57s y –en el marco del Maratón Internacional de Buenos Aires, organizado por Ñandú- se consagró campeón nacional y subcampeón sudamericano de la distancia. Su registro de 2h11m02s (clasificación olímpica) fue el mejor de un atleta argentino en suelo nacional y el segundo histórico.
La Asociación Ñandú acompaña con orgullo la preparación de Arbe para llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio.
BELÉN CASETTA, EN LA ALTURA TUCUMANA
La atleta marplatense Belén Casetta había iniciado la temporada con grandes esperanzas: entrenó en el centro de alto rendimiento de Iten (en Kenia). Pero la pandemia, como en el mundo entero, derrumbó todo. Tuvo que volver apresuradamente y con ayuda de las autoridades deportivas argentinas pudo cumplir el regreso: Kenia, Sao Paulo, Mar del Plata… La cuarentena le impidió entrenar por un largo tiempo. Pero ahora ya se encuentra en Tafí del Valle, aprovechando la altitud de Tucumán y realizando sus primeras prácticas.
Su sueño es clasificar para los Juegos Olímpicos en la prueba de 3.000 metros con obstáculos, donde posee el récord sudamericano y donde ya fuera finalista del Mundial 2017. “Estamos entrenando en excelentes condiciones, a 2000 metros de elevación. Permaneceré aquí hasta que las cosas mejoren, en Buenos Aires o en Mar del Plata. Desafortunadamente, este es el peor momento de la pandemia en cualquier lugar”, expresó en una entrevista con World Athletics.
Además, destacó: “Afortunadamente mi familia siempre ha estado a mi lado para apoyarme. El lado positivo de todo esto es que he podido compartir la mayor parte de mi tiempo con ellos. Como siempre estoy afuera, entrenando o compitiendo, este confinamiento me dio la oportunidad de pasar más momentos con mis seres queridos. Inicialmente, vi el aplazamiento de los Juegos Olímpicos como algo positivo, ya que me estaba recuperando de una lesión y tratando de encontrar mi mejor forma. Pero a medida que pasaban los días y veía que mis compañeros competidores estaban entrenando y yo no, comencé a desesperarme nuevamente. Ahora que he comenzado a correr, veo que no tengo tanto tiempo que perder. Tengo que calificar y prepararme para Tokio”.
Fuente Maratón de Buenos Aires