El atleta ecuatoriano Álex Quiñónez fue asesinado durante la noche del viernes, en la ciudad portuaria de Guayaquil, de la cual era oriundo. El velocista, de 32 años, había sido finalista en los 200 metros de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y también logró la medalla de bronce en la misma distancia en el Mundial de Doha 2019. Las fuentes oficiales informaron que fue asesinado a tiros junto a un amigo por un grupo de delincuentes aún desconocidos y por razones que todavía no se saben.

La noticia la dio a conocer Roberto Ibáñez, presidente de la Federación Deportiva de Guayas, mediante un mensaje de Twitter: “Mi corazón está totalmente destrozado, no encuentro palabras para describir el vacío que siento. No puedo creerlo, hasta cuándo vamos a seguir viviendo tanta maldad e inseguridad. Descansa en paz querido Alex, te voy a extrañar toda la vida”, escribió el dirigente.

Quiñónez no pudo participar de los últimos Juegos Olímpicos, por una decisión del Comité Olímpico Internacional (COI), que lo había suspendido tras no haberse presentado a un control rutinario de dopaje. Más allá de la apelación del atleta, el COI mantuvo su postura y no asistió a Tokio. Su mejor registro en 100 metros fueron 10.09 segundos y en 200 (su especialidad) eran 19.87, ambas marcas eran récords nacionales de Ecuador. Ganó oros en Juegos Panamericanos, Iberoamericanos y Sudamericanos.

También, se manifestó por Twitter el presidente ecuatoriano Guillermo Laso: “Sentimos mucho la dolorosa pérdida de Álex Quiñónez, padre, hijo, un gran velocista que marcó el deporte. Nuestras más sinceras condolencias a sus seres queridos. Que en paz descanse. Quienes arrebatan la vida de los ecuatorianos no quedarán impunes. Actuaremos con contundencia”.

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