Conocé las razones de sentir un sabor metálico mientras corrés
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Correr es una experiencia física y emocionalmente estimulante para muchos entusiastas del deporte. Sin embargo, a veces, esta actividad vigorosa puede venir acompañada de sensaciones inusuales, como el sabor a sangre en la boca. Este fenómeno, aunque desconcertante, tiene explicaciones científicas que van más allá de una simple coincidencia.
Una de las razones más comunes detrás del sabor a sangre durante el running es la sequedad bucal. Cuando corrés, especialmente a un ritmo intenso, tu cuerpo necesita más oxígeno, lo que conduce a una respiración más rápida y superficial a través de la boca. Esta respiración acelerada puede provocar una disminución en la producción de saliva, lo que resulta en una boca seca y un aumento en la percepción de sabores metálicos, como el de la sangre.
Sabor a sangre al correr
Otro factor que contribuye al sabor a sangre en la boca durante el running es el aumento del flujo sanguíneo hacia los músculos y órganos vitales para satisfacer las demandas energéticas del ejercicio. Este aumento del flujo sanguíneo puede provocar pequeñas rupturas en los capilares de las vías respiratorias superiores, como la garganta y la boca, lo que a su vez puede causar la liberación de pequeñas cantidades de sangre. Aunque estas lesiones son generalmente benignas y no representan un riesgo para la salud, pueden ser la causa subyacente del sabor a sangre que experimentas mientras corres.
Además de la sequedad bucal y las pequeñas lesiones en las vías respiratorias, el sabor a sangre durante el running también puede estar relacionado con cambios en la presión arterial y el flujo sanguíneo debido al esfuerzo físico. El aumento repentino en la presión arterial y el flujo sanguíneo, especialmente al comienzo de una carrera o durante un sprint final, puede ejercer presión sobre los vasos sanguíneos de la boca y la garganta, lo que podría causar el sabor a sangre que percibes.
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Aunque el sabor a sangre en la boca puede ser desconcertante e incómodo, en la mayoría de los casos no es motivo de preocupación y tiende a desaparecer rápidamente una vez que terminas de correr y te hidratás adecuadamente.
Sin embargo, si experimentás este síntoma con frecuencia o si se acompaña de otros síntomas preocupantes, como dificultad para respirar o dolor en el pecho, es importante buscar atención médica para descartar cualquier problema subyacente.