Corrupción en el deporte: el mercado ilegal mueve 1,7 billones de dólares al año
Así lo detalla el primer Informe Global sobre la Corrupción en el Deporte, a cargo de la Organización de las Naciones Unidas. “Sorprendente la magnitud, la manifestación y la complejidad de la corrupción y el crimen organizado en el deporte a nivel mundial, regional y nacional”, sostiene la investigación.
Escalofriante. No le cabe otra definición. La estimación de 1,7 billones de dólares al año que moviliza el mercado ilegal sirve para graficar, en gran medida, la corrupción que sacude al deporte. El informe que elevado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), a cargo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), destacó como posible causa la precariedad que viven los deportista. “Sorprendente la magnitud, la manifestación y la complejidad de la corrupción y el crimen organizado en el deporte a nivel mundial, regional y nacional”, sostiene la investigación presentada la semana pasada por la ONU.
Por ello, la Oficina solicitó una respuesta urgente, unificada e internacional para luchar contra las malas prácticas y el fraude en el deporte.
La cifra de 1,7 billones de dólares es cercana a lo que genera en un año una economía desarrollada como la de Italia, por caso.
Según el documento que se elaboró en colaboración con 200 expertos de gobiernos, del mundo deportivo, el sector privado y el ámbito académico, aunque la corrupción en el deporte no es un fenómeno nuevo, la globalización y la tecnología revolucionaron la manera en la que se siguen las competiciones y se realizan apuestas, abriendo nuevas posibilidades al crimen organizado que cada vez cuenta con más atajos para “imponer su ley“. En suma, las redes delicitivas buscan explotar y aprovechar la gran afluencia de dinero, el rápido crecimiento de las apuestas deportivas legales e ilegales y los avances tecnológicos para sacar su propio y espurio rédito. Muchas de las organizaciones criminales que se dedican a amañar partidos tienen su origen en Asia, que concentra el 65 % del mercado mundial de apuestas. El crimen organizado, en verdad, aprovecha ese enorme mercado global, en gran parte opaco, situado en paraísos fiscales y que emplea en ocasiones criptomonedas difíciles de rastrear para potenciar sus ganancias y blanquear dinero de otras actividades ilegales.
El informe destaca (y, en cierta forma, critica) que los medios de comunicación se centran, casi exclusivamente, en las grandes estrellas y sus contratos millonarios. Por ello, explican que la realidad deportiva en el mundo es la precariedad de la mayoría de los deportistas, lo que los hace más vulnerables a participar en posibles manipulaciones de la competición. Y da como ejemplo a la Federación Internacional del Tenis que asegura que sólo 600 de los casi 14.000 jugadores que compiten en sus torneos ganaron dinero suficiente para cubrir sus gastos.
Si bien, entre 2010 y 2018, los ingresos de las cinco grandes ligas europeas de fútbol (Inglaterra, España, Alemania, Italia y Francia) aumentaron hasta un 75%, en el resto de las competiciones globales, especialmente en los países en vías de desarrollo, se produjo un descenso de hasta el 16%.
La situación en los deportes minoritarios (el atletismo es mucho peor), los confinamientos y las suspensiones de las competiciones por la Covid-19 empeoraron aún más la situación. En este sentido, las redes de corrupción se sustentan en acercarse a las competiciones de menor rango porque, al no ser tan seguidas ni controladas, son el objetivo primordial de las mafias que buscan amañar resultados y para ello explotan las necesidades financieras de algunos deportistas. Como ejemplo, un solo partido manipulado en 2004 en la fase previa de la Liga de Campeones por parte del macedonio FK Pobeda frente al armenio FC Pyunik habría generado unos 300.000 euros en ingresos para el crimen organizado, según la ONU.
Por ello, el club macedonio fue suspendido ocho años de las competiciones europeas de clubes y sus directivos sancionados de por vida.
El reporte de la ONU precisa que otro factor clave es la enorme cantidad de dinero que mueven las apuestas gracias a internet. Allí, en el mundo de lo virtual, se pueden realizar desde cualquier lugar del mundo sobre prácticamente cualquier competición y eso multiplica las opciones y deja expuestos a los posibles controles. “Aunque existe una larga historia de manipulación de las competiciones deportivas, la llegada de las apuestas deportivas en internet ha exacerbado la escala del fenómeno”, indica la ONU. Y agrega que el número de indicios de posibles manipulaciones “ha aumentado de forma significativa desde la década de los 2000, en una tendencia de la que no escapan ningún país, disciplina ni nivel deportivo”.
El informe critica la llamada “normalización” de la cultura de la apuesta merced al patrocinio por parte de compañías de juegos de azar de grandes eventos deportivos, competiciones o clubes. Allí, dice el informe, surge su “preocupación” por los posibles conflictos de intereses.
“En general, la institucionalización de apuestas legales (o toleradas) en el deporte ha normalizado las apuestas y sus riesgos relacionados, y ha expuesto a los deportistas a los manipuladores”, resume.
Al haber una enorme aldea global, los delitos son difíciles de perseguir. En virtud de ello, la ONU demanda mejorar el intercambio de información y buenas prácticas entre organizaciones deportivas y la justicia, así como utilizar los avances tecnológicos para vigilar los mercados de apuestas con el fin de detectar actividades sospechosas.
Según el Informe, para mejorar la lucha contra la corrupción es necesaria la igualdad salarial entre deportistas masculinos y femeninos, que suelen tener peores condiciones. La brecha salarial en la industria deportiva es una de las mayores del mundo y pone como ejemplo que el mayor salario anual en la NBA estadounidense en 2018 fue de casi 38 millones de dólares, mientras que en la competición profesional femenina en Estados Unidos se ubicó por debajo de los 118.000 dólares.
Mejorar la situación salarial de las deportistas y que más mujeres formen parte de las direcciones de clubes y organismos internacionales son cruciales para luchar contra la corrupción, sostiene el reporte dirigido tanto a los gobiernos como a las organizaciones deportivas. En suma, destaca la necesidad urgente de tomar las siguientes medidas:
- Fortalecer los marcos legales, políticos e institucionales.
- Desarrollar y aplicar políticas anticorrupción integrales.
- Mayor cooperación e intercambio de información entre las entidades deportivas, las autoridades de prevención del delito y justicia penal y los responsables políticos.
- Mejorar el entendimiento de la interrelación entre los actos ilícitos y el crimen organizado en el deporte y desarrollar las capacidades de los agentes implicados para hacerles frente.