La falta de sueño provoca agotamiento, mal humor y el peor de los problemas: déficit de rendimiento. Por estas cuestiones es que uno debe conocer la cantidad de horas que hay que dormir.

Dormir ocho horas seguidas es fundamental para poder rendir al día siguiente. Tener un buen descanso es clave para la salud, ya que una carencia de horas de sueño, afectará a la capacidad intelectual y el rendimiento cognitivo. Además, dormir mal afecta los niveles hormonales, en particular, los relacionados con la recuperación del músculo y el estado de ánimo. 

El cuerpo necesita estar tan relajado como el cerebro para poder dormir. Los expertos aconsejan tomar un baño de agua caliente antes de ir a la cama y relajar los músculos. Se ha demostrado que la meditación ayuda a las personas a relajarse y aumentar la atención y productividad.

Asimismo, la rutina es un factor clave para llegar al éxito en cualquier aspecto de la vida. Y en el tema del dormir también hay que tenerlo en cuenta. Para no alterar el reloj biológico, establecer una hora para ir a dormir y despertar favorece al ciclo del sueño.

Por otro lado, conciliar el sueño con el estómago vacío es complicado, pero intentar dormir en pleno proceso de digestión es incluso más difícil. En estos casos se recomienda elegir para comer siempre la opción más ligera e intentar mantenerse alejado de la cafeína por la noche, que no sólo se encuentra en el café, también en el té, chocolate, algunas gaseosas y barritas energéticas para deportistas (el efecto puede durar hasta seis horas).

Muchas personas no cumplen la recomendación de dormir ocho horas y acostumbran a descansar algunas menos. Un trabajo publicado por la revista Sleep, desvela que los déficits cognitivos y de rendimiento en aquellos que duermen seis horas son muy similares a los de personas que no pegan un ojo durante dos días seguidos.

Por todo esto, para cualquier runner el sueño adecuado durante los días de la semana y antes de una competencia es indispensable, y forma parte del llamado: entrenamiento invisible.

El entrenamiento invisible puede llegar a ser más importante que el entrenamiento físico, la técnica o la táctica, ya que pasás más horas del día sin entrenar que entrenando, por lo que cuidar lo que generaste en tu último entrenamiento no es tan fácil como uno puede llegar a pensar.

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