Dog Run: Corré con tu mejor amigo, corré con tu perro
Tu perro puede ser el mejor personal trainer que puedas encontrar. Es la motivación para salir a entrenar y siempre estar con las endorfinas al máximo.
Correr con tu mascota es una oportunidad gratificadora de unión y mutuo conocimiento pero antes de ponerte las zapatillas, atarte los cordones y agarrar la correa hay un par de cuestiones a tener en cuenta para que ambos la pasen bien juntos saboreando el ritmo de tus pasos y sus patas.
Antes que nada, ¿SABÉS SI TU PERRO ESTÁ PREPARADO? Los Labradores, Pastores alemanes, Dálmatas, Retrievers y Terriers son ideales para acompañarte en las corridas. Los mini y toys, como los Chihuahuas y Caniches, los de hocico pequeño, como los Bulldogs, Boxers y Pugs, y los extra large, como Mastines, San Bernardos y Gran Daneses son mejores para una caminata que para trotar. Asegurate que el esqueleto de tu mascota esté totalmente desarrollado –un año de edad y 18 meses para las razas más grandes-. Si no estás seguro de que tu perro esté preparado visitá al veterinario para que lo chequee.
SINCRONIZACIÓN. Es poco probable que vos y tu perro vayan al paso desde el primer paso. Si tu compañero prefiere ir a los saltos de acá para allá, oliendo y orinando todo lo que se cruza, tirando de la correa o deteniéndose no te preocupes, es común. Se paciente y tomate tu tiempo para que aprenda a sociabilizar con otros perros, personas y los autos. “Entrenar con tu perro es un trabajo en equipo. El manejo de los límites por parte del dueño es muy importante. Mantenerse cerca, hablarle, darle órdenes cortas, alentarlo ayuda a lograr concentración. Para eso lo mejor es utilizar un arnés, en lugar de collar, para evitar lesiones en el cuello. El perro con arnés se siente mucho más contenido y será más fácil su manejo”, afirma la doctora veterinaria Silvina Muñiz. Evitá llevarlo tenso o usar las correas retráctiles, ya que puede enroscarse, alejarse demasiado.
ADAPTACIÓN A LA CARGA. Aunque quieras salir a fondear largo apenas cruzás la puerta de tu casa debés asumir que tu perro necesita ponerse en forma. Tu mascota necesita entrenar con regularidad, no solo salir a correr como loco sólo el fin de semana. Empezá con un trote suave, todo el mundo necesita entrar en calor, y corré al menos 15 minutos al menos tres veces por semana. Si tu compañero completa los estímulos sin perder el aliento y jadear ni la necesidad de sentarse a mitad de recorrido, agregá cinco minutos todas las semanas y de a poco van a poder compartir más y más kilómetros. No te olvides de volver a la calma al terminar.
AGUA PARA DOS. Si vas a deshidratarte durante tu corrida, lo mismo le pasará a tu perro. El problema es que él siempre se olvida de cargar con su botella e intentará saciar su sed en el primer charco que encuentre, que seguramente tendrá agua sucia, bacterias y sustancias tóxicas. Carga agua suficiente para los dos, y de ser posible, llevá un recipiente cómodo para que beba o una botella de viaje. Si durante el fondo te gusta tomar gel, podés llevar una golosina canina para premiar su buen comportamiento o distraerlo de alguna situación poco amistosa. Siempre llevá un teléfono para usar ante cualquier emergencia y nunca te olvides de cargar con bolsas. Es ideal que haga sus necesidades antes de salir porque después a nadie le gusta balancear una bolsa con caca en la mano mientras corre.
DÓNDE CORRER. Elegí una ruta que le resulte familiar a tu perro, que no tenga mucho tránsito vehicular y con la menor cantidad de perros guardianes a la vista. El asfalto caliente, o vidrios rotos pueden lastimar las almohadillas de sus patas. “La buena hidratación de los pulpejos es fundamental. El piso duro puede producir lesiones que impiden la movilidad y requieren de una buena observación del profesional para su tratamiento”, indica Muñiz, directora veterinaria en DOGRUN. Correr en la playa durante las vacaciones puede parecer un ámbito ideal por la vista y la briza marina, pero los músculos y tendones del animal sufren un esfuerzo extra al hacerlo en arena. Como hay que sumar de a poco la duración y el ritmo de las salidas, lo mismo hay que hacer con los diferentes terrenos. Recordá que están entrenando, no jugando en ese momento. Es importante para seguridad y una mejor performance que siempre vaya con correa y respeten las reglas y leyes del lugar por el que salen a correr.
SIGNOS. Seguramente disfrutes de la compañía silenciosa pero tené en cuenta que tu mascota no puede decirte con palabras que está cansada. Prestale atención en todo momento para saber si tolera la carga del ejercicio o debe bajar el ritmo o parar; la respiración, el jadeo y los labios son indicadores directos. “El perro cansado corre detrás de su amo. Si mira el flanco, jadea con dificultad, y así todo es probable que siga corriendo para cumplir con el objetivo de su dueño”, explica Muñiz, responsable del dispositivo veterinario DOGRUN. Si no recobra la respiración normal al detenerse es que están yendo más allá de sus posibilidades. Revisá si durante el trote cojea o si al terminar presenta algún tipo de rigidez en sus extremidades.