Entrenamiento: ¿Cómo volver a correr tras un largo receso?
Cada cuerpo es distinto. Cada cuerpo es un mundo aparte. Las diferencias entre un corredor y otro son innumerables. Sin embargo, hay ciertas pautas adecuadas para que la vuelta al ruedo se realice de forma óptima.
Muchas veces y por distintos motivos, los corredores se toman descansos de la actividad. En algunos casos sucede tras haber alcanzado una meta importante que implicó mucho esfuerzo y generó desgaste mental. En otras oportunidades son las obligaciones cotidianas o el frío o calor excesivo los factores por los cuales los runners se alejan por un tiempo de la actividad.
Sin embargo, hay un momento donde deciden volver. Y es allí donde es necesario seguir las pautas al pie de la letra para que la ansiedad no avasalle al cuerpo y éste recupere lentamente su estado habitual. La necesidad de tener un plan guía para el regreso es directamente proporcional al tiempo que el corredor haya estado sin correr.
Podrían diferenciarse tres tipos de descansos: menor a dos semanas, entre dos y cuatro semanas y más de un mes. Según el tipo de descanso del que se trate, la “vuelta a las pistas” será distinta.
Descanso menor a dos semanas: si bien puede sentirse una sensación de “volver a empezar”, el cuerpo recupera la forma rápidamente y, pasados unos días de adaptación, es posible regresar a entrenar con el plan habitual de entrenamiento.
Descanso de entre dos semanas y cuatro semanas: en este caso, la adaptación es un tanto más larga ya que se trata de un período de descanso también mayor. Sin embargo, en un período de 5 a 6 semanas, si no hay dolores, molestias o cansancio excesivo, se puede continuar entrenando con normalidad, con el plan que se utilice. Pasados los dos meses, el acondicionamiento se vuelve óptimo.
Descanso de un mes o más: los descansos de un mes o más implican una vuelta un tanto más tranquila. Es preciso seguir cada uno de los pasos del plan de entrenamiento que cada uno prefiera, sobre todo durante las primeras semanas. Una vez pasadas las tres semanas, si no se presenta ningún inconveniente, se puede ir aumentando el ritmo y saltear alguna semana de ese plan de acondicionamiento. Si después de dos meses no aparece ningún dolor o molestia, el cuerpo debería recuperar nuevamente los niveles habituales.
(*) Guillermo Balmas es Head Coach Bal+ Team. Entrenamiento Integral | Triatleta Ironman.