En ediciones anteriores del Maratón de Buenos Aires, la Asociación Ñandú realizó el reconocimiento a los héroes de esta tradicional prueba en nuestro país como Reinaldo Gorno y Osvaldo Suárez. En 2022, al cumplirse las nueve décadas de la victoria olímpica de Juan Carlos Zabala en Los Angeles, Ñandú le brindó su homenaje, al que asistieron hijas y nietas del legendario “Ñandú Criollo”.

Y este 2023 también marca un reconocimiento especial: los 75 años del triunfo de Delfo Cabrera en el maratón olímpico de Londres, que heredó la gloria de Zabala de 16 temporadas antes. Por ese motivo, se le entregará una plaqueta especial a Delfo Cabrera (hijo), quien también divulga la gesta deportiva de su padre.

Delfo Cabrera nació el 2 de abril de 1919 en Armstrong, Santa Fe, y en su adolescencia comenzó a practicar atletismo en aquella zona, inspirado por la hazaña de Zabala. Al radicarse desde fines de la década del 30 en Buenos Aires, quedó bajo la conducción técnica del maestro Francisco “Pancho” Mura en el plantel de San Lorenzo, el más destacado de su época. 

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Se convirtió en uno de los mejores fondistas argentinos en pruebas de pista, que iban desde los 3.000 hasta los 10 mil metros, en la generación que incluía otros destacados nombres (posteriores al dominio del gran Raúl Ibarra) como Gorno y Ricardo Bralo. Y así fue obteniendo medallas en las principales competiciones como Campeonatos Nacionales y Sudamericanos.

Aunque no tenía experiencia en maratón, su buena forma en los evaluativos para los Juegos de Londres posibilitaron su inclusión en uno de los planteles más destacados de nuestra historia olímpica en atletismo: allí había nombres como Noemí Simonetto (logró la medalla de plata del salto en largo), Alberto Triulzi y Enrique Kistenmacher (4os en vallas y decathlon respectivamente).

Después de una extensa travesía en barco, la delegación argentina llegó a Londres y Cabrera completó su preparación junto a los otros maratonistas argentinos que también tendrían un destacado papel en aquellos Juegos, ya que el mendocino Eusebio Guíñez logró el 5° puesto y Armando Sensini, bahiense, terminó 9°. En total, participaron 41 corredores y la entrada al estadio de Wembledy para el tramo final (donde Cabrera consiguió sobrepasar al belga Ettiene Gailly, quien lideraba hasta el momento) quedó entre los momentos más grandiosos de nuestra historia deportiva.

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Aquel 7 de agosto de 1948, Cabrera logró la medalla de oro con 2h34m52s, seguido por el británico Richards y Gailly.

Su nombre quedó instalado entre los mejores maratonistas del mundo, standard que mantuvo al obtener otros títulos como la medalla de oro en los primeros Juegos Panamericanos (Buenos Aires 1951), las pruebas de ruta en los Sudamericanos de 1949 y 1952 y el sexto puesto en los Juegos Olímpicos de Helsinki, con Emil Zatopek y Reinaldo Gorno en los primeros lugares, donde Cabrera consiguió la mejor marca de su campaña (2h26m43s).

En 1954 ocupó el 6° puesto del maratón de Boston y se retiró luego de participar en Kakamura, Japón, a fines de ese mismo año. Cabrera murió el 2 de agosto de 1981, luego de que su auto fuera chocado en la ruta 5, en las cercanías de Alberti, en el interior de Buenos Aires.

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