José Félix Sánchez, el pintor que corre en las alturas
José Félix Sánchez, pintor y atleta, fue el primer argentino en cruzar la meta en el Maratón de Buenos Aires 2022. Se preparó en la altitud de Cachi, Salta, durante semanas y mejoró en casi diez minutos su antecedente en 42k para lograr el sexto puesto en la general, con un tiempo de 2h16m52s.
Él sube a Cachi para poder prepararse para las carreras de distancias largas, en las que se busca tener un aguante mayor. Lo que tiene esta ciudad es que está a 2.400 metros sobre el nivel del mar. Fue inaugurada en 2001 y, desde sus comienzos, la gran mayoría de atletas y runners eligen ir a esa localidad a entrenarse para aprovechar la ventaja física que aporta y así beneficiarse con los efectos de la altura en el organismo. En simples palabras, suben a Cachi a ganar resistencia.
Pero ir a Cachi le genera un gasto importante que Féix no se lo puede permitir siempre, por lo que cuando está en Buenos Aires (él le dice “acá abajo”) trata de “generar dinero y meter un solo entrenamiento a la semana, después de trabajar”. Otras de las formas que tiene el atleta de Avellaneda para “subir” es junto con un atleta al que va a ayudar en su entrenamiento, en esa ocasión trata de dividir los gastos.
La vez más recordada de Félix como liebre de un atleta de elite argentino fue a fines de 2021. Ofició de liebre de Florencia Borelli, poseedora de cuatro récords argentinos y de Daiana Ocampo, récord argentino en 10.000 metros.
“Generalmente, cuando hacemos entrenamientos especiales o de puesta a punto en un lugar como Cachi, siempre aparece la gran pregunta de quién va a poder ayudar a nuestros atletas más importantes en los entrenamientos más especiales, sobre todo los de pista que son los trabajos que hay que hacerlos a un determinado ritmo y la exigencia siempre es alta. Y haber contado con la ayuda de Félix fue algo muy importante para Daiana y Florencia, como para todos los atletas”, comentó Leonardo Malgor, entrenador argentino.
Por esta razón, él es muy solicitado por varios atletas para ir a entrenarse a la altura. Contar con un atleta que pueda resistir la altura cacheña es visto con muy buenos ojos en el ambiente del atletismo.
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La atleta argentina Karina Fuentealba es compañera de equipo de Félix, ambos pertenecen al FC MAX y dijo que Félix “siempre ayudó a todos, desde consejos, hasta te hacía de liebre en algunas carreras. En el Club es siempre el que alienta a sumarse a los torneos. Y trae siempre gente nueva al club”.
“Cuando entreno con las chicas trabajo por lo general el volumen, lo trabajo demasiado. Lo que hacía era hacer 10k por los caminos y volvía a entrenar con ellas. Entonces, los entrenamientos que hago con ellas no son a mi nivel, desde la intensidad trabajo un poco menos. Mientras que con los chicos hacemos juntos el entrenamiento, si me llego a cansar trato de ayudar en recorridos más cortos”, explicó Félix.
Pero, al momento de terminar su jornada de atletismo en Cachi, tiene que volver a “bajar” a Buenos Aires para seguir con su vida cotidiana de atleta/trabajador.
Esta combinación de entrenar en la altura y pintar por Buenos Aires lo viene haciendo hace más de un año. Cuando regresa a Avellaneda, ciudad en la que vive, retoma el trabajo de pintor, que es la herramienta que tiene “para poder generar dinero y así poder alquilar algo, comer y vivir”. Además, agregó que entre dedicarse a ser albañil o pintor, eligió el sector que menos cansancio le genere a su cuerpo, “si bien tiene un desgaste físico la pintura, a la hora de lijar y usar el rodillo constantemente, además de subir escaleras para pintar los techos, no es lo mismo que el desgaste que genera ser albañil, que tiene que estar paleando todo el día, revocando y eso es más pesado”.
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Pero tener que trabajar y después entrenar nunca fue un problema para Félix, menos si se trataba de ayudar a alguien en un entrenamiento.
“A Félix lo conozco desde los 19 años, tenemos miles de anécdotas. Una de ellas es de haber salido de trabajar a cualquier horario, en pleno invierno, e ir a entrenar a la plaza que tenemos acá en Wilde. Él siempre estuvo predispuesto a ayudar, le decía ‘¿Che Félix me das una mano con este entrenamiento?’ Y siempre priorizó en darte una mano antes de hacer sus propias cosas, me ayudaba en mis pasadas y él después hacía su serie”, recordó Pablo Cáceres.
“Hemos salido una vez a las cuatro de la mañana a entrenar. No porque nos levantamos a esa hora, sino porque seguimos de largo. Terminamos un trabajo a las tres de la mañana y le digo ‘¿Vamos a entrenar?’ Yo pensaba que me iba a decir que no, y me dice ‘sí dale, vamos’. Tomamos un vaso de yogurt e hicimos 40 minutos de trote a las tres y media, cuatro de la mañana”, recordó Félix, a quien se le dibujó una sonrisa cuando escuchó la voz de Pablo, una persona muy especial que lo trata como a un hermano.
Félix cuenta que, los primeros años que se dedicó al atletismo, iba mucho a la casa de Pablo ya que entrenaba con su papá Julio Cáceres, su primer entrenador. Se quedaba en su casa jugando juegos de mesa y hablando de atletismo, vivían a cuatro cuadras de su casa y siempre pasaba por ahí. Mismo se juntaban después del entrenamiento, que lo hacían en el Parque Domínico, donde Julio entrenaba a sus atletas.
Parque Domínico es la tercera casa de Félix, este fue remodelado y se le agregó tres piletas descubiertas, una pileta olímpica cubierta, un gimnasio, una unidad funcional de la Policía Local y una escuela para profesores de educación física.
“Fue muy lindo ver la pista de sintético. Mis mejores momentos, cuando me quise dedicar a entrenar, fueron ahí. Yo me había puesto muy triste cuando empezaron a hacer las obras, porque yo entrenaba ahí en un parque que tenía 1.000 metros la vuelta, que se le llamaba el Circuito de las Piletas, era todo cross, subidas y bajadas. Hicieron las reformas y rompieron algunos árboles. Pero fue para mejor, hicieron semejante natatorio, buenos gimnasios para los atletas y el circuito está más reducido, pero sigue siendo un buen circuito”, dijo Félix. Después de la pandemia por Covid-19 dejó de entrenar en el Parque Domínico, pero cada tanto va a la pista de atletismo a hacer algunas series de entrenamiento.
José Félix Sánchez nació el 5 de agosto de 1987, pasó de vivir sus dos primeros años en el barrio Juan Domingo Perón, Formosa, a viajar largas distancias en tren para llegar a Buenos Aires. Lugar donde pasó por varios colegios, de los que recuerda haber estado en la Escuela Nº26 y Nº27 de Quilmes, la Nº51 de Avellaneda y la Nº31 de Berazategui. Y donde también pasó por diferentes disciplinas dentro del atletismo: carreras, saltos y lanzamientos. Ahora está cómodo en una provincia, Buenos Aires, está cómodo en su nuevo lugar de entrenamiento, Cachi, y está cómodo en una sola disciplina, las carreras.
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