De pequeña, Paula Radcliffe (17 de diciembre de 1973) tenía problemas respiratorios. Era asmática y sumaba una afección más: la anemia. A los 7 años empezó a correr como un legado de su padre, quien era maratonista. Comenzó con las distancias cortas compitiendo en la escuela con carreras de Cross Country.

En 2002 decidió correr su primera maratón. El 14 de abril de 2002 corrió en Londres en 2h18m56s en su debut maratoniano. En aquella primera maratón quedó apenas a 9 segundos del récord mundial, que por entonces correspondía a Catherine Ndereba. A los meses, el 13 de octubre, corrió los 42,195 km de Chicago para establecer una nueva plusmarca con 2h17m18s.

Inconformista, el 13 de abril de 2003, corrió en Londres para establecer un nuevo recórd mundial en 2h15m25s. Una marca que todavía nadie pudo superar. Y en abril próximo, su plusmarca cumplirá 11 años. Según las propias palabras de Radcliffe, la única mujer que podría superarla es Isla, su hija mayor.

De acuerdo a los últimos resultados, no parece que el récord del mundo de la atleta británica se vea amenazado. Al menos en lo inmediato. Desde que la japonesa Naoko Takahasi rompiera la barrera de 2h20m en Berlín en 2011, otras 16 atletas bajaron también esta marca, pero apenas 10 lo hicieron en los últimos seis años e incluso la cifra ha descendido a seis en 2012. Otro dato, es que la mujer más rápida de 2013 fue de Rita Jeptoo con 2h19m57s en la maratón de Chicago.

Y, con frecuencia, declara: “Voy a correr mientras lo disfrute. Cuando deje de hacerlo, no corro más”. Casada con su entrenador, Gary Lough, un ex corredor de 1500 mtrs, además de Isla, tienen otro hijo de nombre Ráphael. Su cuenta pendiente es una medalla olímpica, algo que tampoco pudo obtener el gran Haile Gebrselassie. Radcliffe, en Atenas 2004, abandonó en el km 36 luego de ser superada por por la atleta japonesa Noguchi y la atleta Keniata Ndereba.

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