El 21k de Buenos Aires/OSDE, realizado en la mañana de este domingo 21 de agosto con la organización de la Asociación Ñandú, quedará inscripta en el historial como una de las más grandes carreras jamás realizadas en nuestro medio, tanto por su capacidad de convocatoria (superando los 20.500 inscriptos, completando el cupo) como en el nivel técnico, asombroso en muchos sentidos: confirmó que se trata del circuito más rápido del continente y, sin dudas, uno de los más rápidos del mundo.

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Dado el nivel de los participantes –con cifras récord para el Campeonato Sudamericano y el Campeonato Nacional- pero también la validez de ese circuito, casi totalmente plano, y sumado a un clima ideal (muy fresco y sin viento) se esperaba un gran nivel. Y así ocurrió.

Los más de 20.000 participantes, alentados por la gente a lo largo de ese recorrido desde Núñez hasta el Centro, le dieron un clima festivo, maravilloso a la prueba, una verdadera celebración en la ciudad. La señal de largada, exactamente a las 7 de la mañana, fue dada por una gloria del deporte argentino: Jorge Burruchaga, autor del gol del triunfo contra Alemania en la final mundialista de 1986 en México. A partir de allí, la caravana se fue desparramando sobre la Avenida Figueroa Alcorta, en medio del entusiasmo de todos los participantes, en la primera gran carrera del tiempo post-pandemia.

El Himno Nacional, interpretado por la soprano Anahí Fernández Caballero y coreado por la multitud, anticipaba ese clima, que acompañaron la presentación de los atletas de elite, a cargo de Gustavo Montes y Carolina Rossi, en la conducción. Luego, un espectáculo de danza con música de Häendel.

Después sí, vino la “batalla”entre las potencias africanas (etíopes y keniatas) en los puestos de avanzada, pero también el fantástico nivel de los atletas sudamericanos. Y entre ellos, el histórico 1-2 de Florencia Borelli y Daiana Ocampo en el campeonato femenino, batiendo el récord y repitiendo la reciente hazaña del Campeonato Iberoamericano en Torrevieja.

“La realización de esta prueba es un orgullo para el atletismo argentino y sudamericano, estamos realmente conmovidos por esta multitud de participantes y por el nivel alcanzado” expresó la vicepresidenta de la Federación Internacional (World Athletics) y medallista olímpica en Barcelona 92, Ximena Restrepo, junto al titular de la confederación sudamericana (Helio Gesta de Melo).

La lucha en la punta se concentró entre dos etíopes (Gerba Beyata Dibaba y Dinkalem Ayele Adane, debutante en la distancia) y dos keniatas (Felix Kibitok y Bedan Karoki), que eran los máximos favoritos. Karoki, quien en 2019 fijó el récord del circuito con 59m.05s., intentó mantener la supremacía pero le costó mantener el ritmo de sus rivales, en una lucha táctica. Y a falta de 500 metros, los etíopes lanzaron un cambio de ritmo demoledor. Gerba ganó ajustadamente con 1h00m29s y Ayele llegó casi al mismo tiempo, dejando a Kibitok a tres segundos. Karoki no pudo seguirlos y quedó cuarto con 1h00m55s. “Me sentí un poco al final con dolor en la espalda, todavía secuelas de la lesión del año anterior”, comentó Karoki.

El quinto lugar fue para el ecuatoriano Christian Vasconez con 1h01m56s, pulverizando sus propias marcas y llevándose el título sudamericano. Y enseguida –en otra producción impresionante- el mediofondista argentino Federico Bruno logró el 6°puesto de la general con 1h02m07s, que constituye la segunda marca del historial de nuestro país, solo superada por el récord de Antonio Silio (1h00m48s). “Solo pude entrenar para esta prueba en las últimas cuatro semanas, así que estoy inmensamente feliz” dijo el atleta entrerriano, quien es la gran figura del país en pruebas de mediofondo y que no pudo asistir a las principales competencia del 2022 –Iberoamericano y Mundial de Oregón- al sufrir un virus. Otra marca para el asombro fue la del 7° puesto del mendocino Ignacio Erario, quien debutaba en la distancia y marcó 1h02m09s, quedando así en el tercer lugar de la lista argentina de todos los tiempos. En total, 26 corredores estuvieron por debajo de 1h05m, lo que indica el gran nivel de conjunto. Y los dos maratonistas olímpicos de nuestro país, Joaquin Arbe (15º con 1h02m49s) y Eulalio Muñoz (16° con 1h03m05s) también establecieron sus marcas personales.


Si la prueba masculina tuvo un final emocionante, lo mismo se dio entre las damas. La keniata Irine Jepchumba Kimais, quien llegaba precedida por dos carreras sobre 1h06m, definió en la misma línea de sentencia sobre la etíope Atalel Anmut y otra keniata, Vivian Jerono Kiplagat, las tres con el mismo registro de 1h07m59s. El cuarto puesto, muy cerca, fue para la etíope Zewditu Aderaw Gelaw con 1h08m03s.

Detrás de la “legión africana” que copó los seis primeros lugares, llegaron las hazañas argentinas: Florencia Borelli y Daiana Ocampo se convirtieron en las primeras atletas del historial sudamericano que quebrar la barrera de 1 hora y 10 minutos. Flor terminó 7ª con
1h09m31s y  Ocampo, 9ª. Con 1h09m46s. El anterior récord sudamericano estaba en poder de la peruana Gladys Tejeda con 1h10m14s desde el 26-3-16 en Cardiff, mientras Borelli ostentaba la anterior plusmarca argentina con 1h10m30s desde el 17-10-2020 durante el Mundial de Gdynia.

Casi todos los atletas de elite de la Argentina y Sudamérica mejoraron considerablemente sus marcas personales. “Con este clima y este circuito, los resultados se esperaban, aunque lo impresiona es el nivel de conjunto. Es un momento notable para el atletismo de fondo en la Argentina” definió Fernando Díaz Sánchez, uno de los entrenadores de la Selección Nacional.

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