Si querés planificarte vos mismo la temporada es vital que conozcas cuáles son los principios del entrenamiento, ya que a través de su aplicación vas a poder marcar las pautas de tu preparación. Si ya empezaste tú preparación sin tener en cuenta lo que vas a ver a continuación, no te hagas problema, todavía estás a tiempo de poder implementarlos, pero tené en cuenta que una buena planificación de la temporada es vital para encarar tus objetivos con las máximas garantías de éxito.

Estos son los 10 principios del entrenamiento que tenés que conocer:

1- Estímulo de la carga efectiva:

Hacé un esfuerzo selectivo para generar una respuesta deseada en la parte del cuerpo que desees entrenar, sin que esta derive en los efectos del sobreentrenamiento. Deberás entrenar en el momento que corresponda, y en su justa medida, porque si lo hacés en exceso conseguirás el efecto contrario.

2- Progresión:

Entrená de forma progresiva y adecuada para ir acostumbrando al cuerpo. Volumen, intensidades y ritmos irán aumentando de forma que se vayan produciendo las adaptaciones físicas necesarias.

3- Variedad:

Evitá estancarte en los mismos entrenamientos. No hagas siempre el mismo tipo de entreno, ya que no es lo más indicado para evolucionar. Así que en tu plan de entrenamiento no pueden faltar: las tiradas largas, las sesiones de intervalos, cambios de ritmos y fartleks, entre otros.

4- Carga-descanso:

No todo es entrenar, también tenés que descansar, sí o sí, y siempre teniendo en cuenta el esfuerzo físico que hayas realizado. También es importante tratar de responder a los siguientes interrogantes: cuánto, cuándo y cómo llevar a cabo estos periodos de descanso.

5- Continuidad:

Los estímulos deberás repetirlos de forma continúa para evitar retrocesos y buscar un equilibrio. Las cargas de entrenamiento como los periodos de descanso deberán estar bien planificados y de forma igualitaria, para no llegar a los extremos de la fatiga.

6- Reversibilidad:

Todos los beneficios que obtuviste por la repetición de las cargas se perderán por la inactividad o fatiga patológica. La inactividad pasa factura y repercute en la pérdida de tú pico de forma, mientras que la fatiga pone en riesgo todo lo alcanzado y conseguido hasta la fecha.

7- Periodicidad:

Programá tú entrenamiento en función del objetivo que querés superar. Es clave que reflexiones para ajustar el plan de entrenamiento a tus propios objetivos competitivos.

8- Individualización:

El entrenamiento tendrás que adaptarlo a tus propias características: edad, sexo, experiencia, actividad diaria circunstancias personales. Son tantas las variables que tiene una persona, que hacen prácticamente imposible que un mismo plan de entrenamiento valga para dos corredores diferentes.

9- Especificidad:

Es necesario que hagas un tipo de trabajo específico en el deporte practicado, para que el rendimiento en dicho deporte sea elevado. Esto quiere decir, aquellas actividades físicas o deportes distintos a correr que hacés para complementar esta preparación, como: el ciclismo, el senderismo, el trabajo aeróbico indoor, la natación o el power walking. También podés incluir el entrenamiento cruzado.

10- Regeneración periódica:

Cuando creas que es necesario y que ya cumpliste los objetivos que te propusiste: descansá. Tú cuerpo y mente necesitan regenerarse cada cierto tiempo, hacé unos días de descanso para después volver a empezar el clico con nuevos objetivos.

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