Las ampollas en los pies son lesiones que comúnmente se producen los corredores por la reiteración del roce entre el calzado o las medias y la piel. Una ampolla en el pie puede hacer que tu entrenamiento pase a ser muy poco agradable, haciendo que cada paso sea vuelva una tortura.

Que te salga una ampolla se debe a un mecanismo de defensa del organismo para proteger la piel y poder acelerar la recuperación. La causa principal de la fricción son: las costuras duras, las arrugas de las medias, suelas que no se adaptan o la propia zapatilla. Si la piel se irrita durante un periodo de tiempo prolongado, se acumula fluido bajo la piel formando la ampolla.

Si cuando estás corriendo notás que se está formando una ampolla en el pie, terminá tu entrenamiento antes de lo previsto. Cuando termines de correr lo primero que tenés que hacer es descansar y dejar que el pie se recupere.

Estos son los consejos que tenés que tener en cuenta para prevenir las ampollas en los pies:

1- Calzado para correr:

Las zapatillas para correr se tienen que adaptar bien a tu pie y que no sean muy pequeñas. Para que no se produzcan rozaduras, deberías dejar la medida de un pulgar entre el zapato y tu dedo más largo.

Estrená el calzado y usalo durante el día unas cuantas veces antes de empezar a entrenar con él para que los pies se acostumbren.

A veces la causa de la rozadura es: el interior de la zapatilla de mala calidad. Aplicar un poco de vaselina, talco o ponerte una banda puede ayudar.

2- Las medias:

Las medias son el intermediario entre el pie y el zapato de running. Estos se tienen que adaptar perfectamente al pie y no deben ser muy gruesos. Así evitarás que se arruguen, lo cual puede llevar a las rozaduras.

Como con las zapatillas, estrená también las medias: nunca deberías correr una carrera o un evento de running con unas medias totalmente nuevas.

Si te gusta correr sin medias, usá unas zapatillas especiales de triatlón: están diseñadas especialmente para correr sin medias y te proporcionan más amortiguación.

3- Los pies:

Los pies tienen mucho trabajo que hacer cuando corrés. Por eso, tenés que cuidarlos o hacerte pedicuras, estas te pueden ayudar a mantener la piel sana y prevenir que se recalienten algunas zonas.

También podés optar por hacer entrenamientos con los pies descalzos: estos pueden fortalecer los pies y la piel, y es más cómodo para el cuerpo, especialmente para las articulaciones.

¿Qué te pareció esta nota? Dejanos tu comentario y compartila