El arte de engañar al cerebro, hoy cumple años Eliud Kipchoge
Con un tranco firme, su musculosa roja y sin despeinarse, aunque es pelado, corre por las calles Eliud Kipchoge, el amo y señor de la maratón. Hoy, está cumpliendo 37 años y nacido en Kenia, la meca de los corredores de larga distancia es, probablemente, uno de los atletas más carismáticos del mundo. Actualmente, es el máximo exponente de la prueba madre, dos maratones olímpicas ganadas consecutivamente y dueño de una sonrisa que aparece en los momentos claves.
Pero esa mueca no es por el disfrute de la carrera misma, como muchos piensan. Sino que Kipchoge intenta engañar a su cerebro mientras sonríe. En los momentos más duros de la carrera y cuando los músculos de cualquier mortal comienzan a fallar, el keniata saca este as bajo su manga. Los rivales saben que una vez que Kipchoge activa su sonrisa la maratón está prácticamente perdida y la medalla de oro ya tiene poseedor.
Además de tener una hermosa sonrisa, es el dueño del récord del mundo en la disciplina. En la Maratón de Berlín 2018, hizo los 42 kilómetros 195 metros en 2 horas 1 minuto y 39 segundos. Además de ser el plusmarquista mundial, posee cuatro medallas olímpicas. Su primeros Juegos fueron en Atenas 2004, donde consiguió un bronce en los 5000 metros, detrás del marroquí Hicham El Guerrouj y del reconocido etíope Kenenisa Bekele.
Asistió también a Pekín 2008, en el mismo evento, y mejoró su resultado por un puesto, se colgó la presea plateada luego de correr los cinco kilómetros en 13m02s80c. Finalizó, nuevamente, detrás de Bekele por cinco segundos. En aquella oportunidad, el etíope voló en el Nido del Pájaro (Estadio Olímpico de Pekín) e hizo un récord olímpico con 12m57s82c. El mejor registro de Kipchoge en 5000 metros es 12m46s53c, hecho el 2 de julio del 2004 en Roma, es la séptima mejor marca de la historia.
En el año 2013, comenzó a participar de maratones y la decisión fue un acierto. En los 42 kilómetros 195 metros ganó dos veces los Juegos Olímpicos, en Río 2016 y en Tokio 2020. Dicho logro lo convirtió en el tercer atleta de la historia en ganar el oro olímpico dos veces consecutivas en la prueba madre, un hito que solo habían conseguido el “Rey Descalzo” Abebe Bikila (Roma 1960 y Tokio 1964) y el alemán Waldemar Cierpinski (Montreal 1976 y Moscú 1980). También, tiene dos medallas en mundiales. La primera fue un oro en los 5000 metros del Mundial de París 2003, con apenas 19 años. Y su segundo metal en mundiales fue cuatro años más tarde, en Osaka, dónde finalizó segundo.
Él ya no corre solo por ganar, lo hace para seguir trascendiendo más allá del atletismo y convertirse en el primer humano en bajar oficialmente las dos horas en la prueba madre.