Salir a correr en lugares con un alto nivel de humedad aumenta considerablemente la sensación de cansancio y fatiga.

“Lo que mata es la humedad”. Este dicho popular se vuelve real para cualquier corredor que sale a entrenar en esas condiciones. La sensación de estar dentro de un “baño turco” hace que cada salida –sin importar qué tan larga o exigente sea- se convierta en un calvario porque además de la transpiración, la fatiga y el cansancio surgen de forma prematura.  Esta condición climática, sin importar la estación del año  puede afectar el rendimiento a corto plazo pero, tomando las medidas adecuadas, los objetivos son capaces de ser alcanzados sin grietas.

¿Qué le pasa al organismo cuando el indicie de humedad relativa es alto?  Al correr se eleva naturalmente la temperatura corporal, lo que provoca la acción de las glándulas sudoríparas, es decir, transpiración que luego se evapora. En lugares con alta humedad, donde el aire ya tiene mucha agua, la evaporación de estas gotas de sudor se dificulta, y con esto se entorpece la regulación de la temperatura corporal.

Esta falta de “auto refrigeración” hace que la fatiga aparezca más rápido y la percepción del esfuerzo se vuelva mayor. El cuerpo se sobre calienta y deshidrata, y como está en  alerta disminuye el flujo sanguíneo (con esto los músculos no reciben el oxigeno necesario para rendir de igual manera al mismo esfuerzo).

¿QUÉ HACER PARA NO SUCUMBIR FRENTE A ESTA CONDICIÓN CLIMÁTICA?

  • HIDRATACIÓN: Los corredores que viven con una botella en la mano o encima del escritorio esto no cambiará mucho la rutina, pero los que le escapan al agua deben superar esa traba y comenzar a hidratarse con ganas. Beber agua durante todo el día, no solo previo o durante el entrenamiento. Las bebidas isotónicas también son bienvenidas.
  • ELEGIR EL HORARIO: Los canales de noticias y  las apps del teléfono son aliados del runner. Ahí se puede escuchar, ver y analizar el pronóstico del tiempo que, además de brindar la temperatura y la sensación térmica aportan la humedad, los vientos y la posibilidad de lluvias. Privilegiar correr en horarios en que la humedad relativa es menor (a primera hora en la mañana, y en la tarde/noche). Evitar entrenar FUERTE o LARGO si el índice de humedad es mayor al 85% (suele venir acompañada de presión atmosférica baja y esa combinación es letal).
  • REAJUSTAR LAS METAS: Ningún runner se va a quedar fuera de un Juego Olímpico por reconfigurar los objetivos de las sesiones de entreno durante los días de humedad. Adaptarse al clima es fundamental para poder rendir al 100%. De no ser posible, es mejor ir de menos a más y ver cómo reacciona el cuerpo.
  • INDUMENTARIA ACORDE: Privilegiar prendas con tecnología de respirabilidad que permiten que la transpiración se evapore. Además, es importante no tapar la cabeza porque el cuerpo libera calor por esta zona. Optar por una visera o buff es más conveniente que salir con una gorra clásica.

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