La práctica regular de ejercicio físico, como el running, se revela como un pilar fundamental en la prevención de afecciones cardiovasculares, en los que se contrarrestan los factores de riesgo más comunes en la sociedad moderna.

Tres de los principales enemigos del corazón son el tabaquismo, la hipertensión arterial y el sedentarismo, y entender cómo el running influye en cada uno de ellos es clave para una salud cardiovascular óptima.

Esta valiosa información sobre la importancia del ejercicio, especialmente el running, en la prevención de enfermedades cardiovasculares es brindada por el Dr. Oscar Mendoza, destacado médico especialista en Cardiología. Su experiencia en el ámbito médico y deportivo respalda los consejos ofrecidos, en los que proporciona una perspectiva única que combina el conocimiento clínico con la práctica activa en el running.

Las recomendaciones presentadas a continuación están diseñadas para guiar a los lectores hacia un enfoque saludable y consciente en la gestión de los factores de riesgo cardiovascular:

  • Tabaquismo: El mito del “fumador activo” persiste entre algunos deportistas, quienes creen que la nicotina mejora su rendimiento. Sin embargo, la realidad es que el tabaquismo está asociado a diversas enfermedades, desde cánceres hasta aterosclerosis. Los corredores fumadores, al elevar sus niveles de colesterol, aumentan el riesgo de eventos cardíacos y sienten los efectos incluso en la circulación periférica, haciéndolos más propensos a la congelación en ambientes fríos.
  • Hipertensión arterial: La presión arterial alta es un riesgo significativo para enfermedades cardiovasculares, pero el running puede ser un aliado poderoso. La actividad física regular, especialmente la de carácter aeróbico, tiene el potencial de reducir las cifras de presión arterial, proporcionando beneficios tanto en la presión sistólica como en la diastólica.
  • Diabetes: La diabetes mellitus no solo aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, sino que también afecta la circulación periférica y la sensibilidad en los pies. Correr ayuda a controlar la glucosa en sangre, facilitando el trabajo de la insulina y mejorando la salud vascular. Además, el cuidado de los pies se vuelve crucial para evitar complicaciones.
  • Trastorno del metabolismo del colesterol: El ejercicio físico, en particular el running, no solo contribuye a reducir los niveles de colesterol total y LDL (malo), sino que eleva el colesterol HDL (bueno) y disminuye los triglicéridos. Esta combinación ayuda a combatir la aterosclerosis, disminuyendo el riesgo de eventos coronarios.
  • Sobrepeso/obesidad: La epidemia de sobrepeso y obesidad requiere un enfoque integral. La actividad física, en conjunto con una dieta adecuada, se erige como la fórmula más efectiva. El running no solo contribuye a la pérdida de peso, sino que también reduce el riesgo de enfermedades metabólicas y coronarias asociadas a la obesidad.
  • Sedentarismo: El sedentarismo, en constante aumento, duplica el riesgo de enfermedad coronaria. El running, como ejercicio aeróbico, no solo contrarresta los factores de riesgo individuales, sino que se posiciona como el antídoto ideal contra la inactividad física.

En conclusión, la actividad física, especialmente el running, se revela como un componente esencial en la lucha contra los factores de riesgo cardiovascular. No solo modifica parámetros específicos, sino que eleva la calidad de vida de quienes eligen este camino.

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