Se corre en Tennessee, Estados Unidos, desde 1986 y el titulo no es exagerado. Es la prueba de resistencia más dura del mundo. La carrera imposible. Son 160 kilómetros de recorrido, en cinco vueltas de 32km al circuito, pero ese no es el problema. Esa distancia, con más de 20.000 metros de desnivel, se debe terminar en 60 horas. Los valientes corredores, además de correr, deben encontrar libros y arrancar algunas páginas de ellos, que son entregadas a la organización al término de cada vuelta a modo de constancia. Los títulos de esos textos van de la mano con la carrera, algunos son: “La muerte recorre el bosque” o “Un tiempo para morir”.

Desde su creación, en 1986, solo 18 competidores pudieron finalizar la prueba, el último fue el triatleta John Kelly, en 2017, con un tiempo de 59h30m53s. Además, en 2018, ningún corredor pudo hacer más de tres vueltas. En esa misma edición, recién fueron aceptadas las mujeres.

Pero en la maratón de Barkley todo es raro, muy raro, desde la inscripción. Para anotarse se debe enviar un mail a Lazarus Lake, el creador (su verdadero nombre es Gary Cantrell) e indicarle por qué motivo debería elegirte, además hay que pagar un “diezmo” de 1.60 dólares. En caso de ser uno de los 40 elegidos, se recibe una carta con un pésame, a modo de bienvenida.

En palabras del mismo fundador: “Es difícil encontrar algo que esté tan cerca de lo imposible, es una aventura satánica de running”.  Y en ese intento de hacerla imposible, cada año la hace más difícil y le agrega nuevas cosas. Además, el recorrido siempre cambia, nadie sabe con lo que se va a encontrar, por este motivo celulares y GPS son bloqueados.

La largada puede ser en cualquier momento, llámese pleno día o plena madrugada, los corredores se enteran a falta de una hora a través de una alarma que hace sonar Lazarus. A la hora de comenzar, los corredores no escuchan un disparo, como en una carrera normal, sino que Lake prende un cigarrillo y cuando este comienza a hacer brasas la carrera inicia.

El clima es otra de las dificultades, por suerte no depende de Lazarus, durante la prueba, los participantes pueden pasar de un calor extremo, al frío de la noche, una niebla pesada o hasta nieve. Sorprendentemente, para bien, aún no murió ningún corredor.

También, la carrera cuenta con un documental en Amazon Prime Video llamado “The Barkley Marathons: The Race That Eats Its Young”.

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