Entrenar con el estómago vacío es una verdad empírica que le funciona solo a algunos runners. ¿Para quienes y en qué medida trae mejoras en el rendimiento o facilita la pérdida de peso?

“Al que madruga dios lo ayuda”; ese refrán acompaña a millones de personas que a diario comienzan su jornada con el alba (y entre ellos hay varios que aspiran a sacarle un beneficio deportivo). Verdad de pedregullo para algunos, y empírica para otros, salir a correr con el “tanque vacío” puede ser un plus -o atajo- en la performance y “fast fat burn”.

Mejorar la performance y bajar de peso suelen ser la dos claves de los runners que experimentan los trotes en ayunas y, si bien es una práctica que se aplica hace mucho tiempo, en los últimos años tomó una preponderancia inusitada entre los deportistas de todos los niveles. Lo cierto es que aún no existe unanimidad acerca de los efectos de correr con el estómago vacío debido a que hay estudios demasiado concluyentes que apoyen las tesis de seguidores y detractores.

Antes que nada, para que quede totalmente claro, correr en ayunas se considera a todo entrenamiento realizado tras un período prolongado de tiempo sin ingerir alimentos. En primer término –y más fácil de entender- se encuentran las carreras realizadas a primera hora de la mañana recién levantarse tras el descanso nocturno. En segundo lugar también engloba a las corridas vespertinas tras no ingerir ningún tipo de alimento (por al menos cinco horas).

¿Para quién y en qué medida podría resultar beneficioso?

“A mí me funciona”. Quienes optan por incluir este tipo de estímulos en su programa de entrenamientos, lo hacen, más que nada, por convicciones empíricas. Lo que sí es importante destacar es que este método está recomendado SOLO para corredores experimentados ya que someter al organismo a un esfuerzo de este tipo puede ser peligroso, (por riesgo de desvanecimientos o calambres).

Parece haber más consenso en el hecho de que correr en ayunas ayuda a mejorar el rendimiento. Esto implica someter al organismo a un estrés. Muchos entrenadores aseguran practicar este método para carreras de trail o ultra distancia, debido a que mejoraría la capacidad del cuerpo para resistir esfuerzos prolongados (utilizar las grasas como fuente de energía, sustituyendo a los hidratos de carbono en esa función).

¿Sirve para adelgazar correr en ayunas?

El mito dice que, al correr en ayunas, el organismo se ve obligado a recurrir a las grasas almacenadas en nuestros depósitos para generar energía. Para muchos expertos, es así, aunque para otros no supone una reducción de peso significativa, debido a que lo único que cambia es el momento de la ingesta de calorías (pre o post entrenamiento).

CONCLUSIÓN: Sin lugar a dudas, para alcanzar resultados evidentes y sostenidos en el tiempo lo ideal es llevar una dieta balanceada y una rutina de entrenamiento específica para el objetivo que cada runner elija. Y lo más importante de todo, consultar con el médico, entrenador y la nutricionista antes de emprender un cambio extremo en la rutina.

¿Qué te pareció esta nota? Dejanos tu comentario y compartila