Aunque lo ideal siempre es salir a correr al aire libre, no siempre es una opción tan accesible ya que existen diversos factores que pueden provocar que ese día no salgas a correr, como: las bajas o altas temperaturas, una nevada o hasta una tormenta eléctrica.

Por eso, si tenés una cinta no te vas a tener que preocupar por esas condiciones adversas que se pueden llegar a presentar, pero como tener este elemento en tu casa o gimnasio puede tener sus ventajas, también cuenta con sus desventajas.

Ventajas:

Como decía el primer párrafo, el clima no será una excusa. Esto es especialmente importante en invierno, cuando los termómetros registran bajas temperaturas, así como en el verano, cuando el calor puede convertir la carrera en una verdadera odisea.

Puede parecer obvio, pero es mucho más seguro correr en la cinta, ya que no tenés que estar atento del tráfico, peatones e incluso el propio terreno que puede hacer que tropieces.

Además, correr en un lugar cerrado te va a dar más seguridad, salir a entrenar por la noche en algunos sitios pocos iluminados puede llegar a ser peligroso e incluso provocaría que estés atento a tu alrededor, más en el invierno que oscurece más temprano. Por esta razón, contar con una cinta en tu casa puede ser de mucha utilidad.

Otra cosa positiva es que las cintas están provistas de muchísimas métricas. Se puede realizar un trabajo de series medido, tanto en tiempo como en velocidad, programar los descansos, trabajar con diferentes inclinaciones y programas, medir las pulsaciones y el gasto calórico, entre otras cosas.

Desventajas:

El impulso que provoca el desplazamiento de la cinta al lado contrario a nuestro paso impulsa nuestra zancada, lo que provoca que el cuerpo no trabaje tanto, debido a que en una superficie estática no vas a tener esa ayuda. Además, tanto la zancada como el movimiento de los brazos queda limitado al correr en la máquina.

Asimismo, el hecho de que la cinta ruede en sentido inverso a la persona impide una ejercitación completa, dado que limita el movimiento articular. Esto podría llegar a provocar molestias e incluso lesiones en: la cadera, la espalda baja y el tibial.

Por último, pero no menos importante, correr en la cinta no genera la misma motivación que cuando lo hacés al aire libre. El hecho de estar en un espacio cerrado y sin ver una meta en el horizonte puede llegar a ser mucho más desesperante. Ser consciente de la distancia que recorriste e ir atravesando paisajes distintos o evitando obstáculos del terreno es lo que motiva al atleta.

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