Ganó la 34º edición del Tetratlón de Chapelco el pasado 28 de agosto, ya de por sí, luego de estar dos años sin participar de un tetra, se moría por simplemente correrlo.

Virginia Pitte es oriunda de Choele Choele, una pequeña ciudad de alrededor 20.000 habitantes al noreste de la provincia de Río Negro. Una localidad con veranos muy calientes y despejados, inviernos con temperaturas que no bajan más allá de los -4º y con viento todo el año. En palabras de Pitte, es un lugar extraordinario para hacer actividades al aire libre.

Los orígenes de Virginia están en el esquí, comenzó a competir en un club desde los 6 años y hasta los 18 se dedicó a entrenarse mucho. Además, como complemento practicaba gimnasia, donde en algunas prácticas solían trotar. También, en su infancia desarrolló su amor por los animales: “Mi mamá vive en el campo, ahí descubrí que me gustaba la producción animal. Me gustan los animales grandes, bovinos sobre todo”.

Decidió incursionar en el mundo del trail como un desafío personal, ya que dice que siempre le costó la resistencia: “Era mi karma, yo tenía mucha potencia, pero la resistencia era un desafío”. Pero dejó por unos años la disciplina para dedicarse a tener familia y a la docencia. Actualmente, es profesora en la Universidad Nacional de Río Negro, en el área de la reproducción de la carrera y en las materias de histología y embriología.

A los 34 años, luego de ser mamá de Tomás y Sofía, volvió a incursionar en el deporte. El último 28 de agosto ganó el Tetratlón de Chapelco con un tiempo de 5h49m27s, lo que significó una enorme alegría para ella. “Terminar un tetra siempre es una satisfacción enorme. La verdad que este año lo preparé y lo entrené muchísimo. Me moría de ganas por correr de vuelta un tetra después de dos años y, obviamente, es una alegría enrome, haberlo terminado y haberlo terminado como fue”. Además, en lo que menos llega entrenada para las competencias es en la bicicleta: “Este año lo había entrenado mucho y nos la pasamos con la bici en la mano porque había mucha nieve”. Pero su as bajo la manga, donde mas ventaja saca, es en el esquí. Asimismo, más allá de que esta vez se cayó, el kayak no suele costarle porque lo entrena mucho.

También le gusta el cine, andar a caballo y hacer trecking de montaña junto con su familia e ir a los refugios. Actualmente, tiene 43 años y vive en Choele Choel, en este momento su lugar en el mundo está allí. “Es mi lugar en el mundo en este momento, seguro. Para criar a mis hijos y para esta etapa de mi vida”, dice del otro lado del teléfono. Docente e investigadora de tiempo completo, su carga horaria en la Universidad es muy importante. Por eso, entrena muy temprano por la mañana, antes de clases, y por la tarde completa el entrenamiento al salir de trabajar.

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