La cantidad de personas que corren se incrementa día a día y, muchas veces, sin demasiadas precauciones. Muchos incluso, no han realizado ninguna otra actividad física, por lo cual su conocimiento con respecto a los dolores físicos o malestares temporales que puede generar un entrenamiento o competencia son pocos.

Hay tres lesiones muy comunes entre los corredores que deben ser muy tenidas en cuenta y tratadas a tiempo: la rodilla del corredor, la tendinitis aquílea, y la fascitis plantar.

Rodilla del corredor

Una de las causas más comunes de dolor en la zona lateral de las rodillas es el síndrome de fricción de la banda iliotibial o cintilla iliotibial, conocido comunmente como rodilla del corredor.

El roce continuo del tendón de la banda iliotibial con el fémur provoca un dolor que comienza de manera gradual, generalmente a partir de los 10 o 15 minutos de ejercicio. Con el tiempo lleva a la imposibilidad de correr y, generalmente, mientras más bajos son los ritmos, mayor es el dolor.

La pronación, la asimetría de miembros inferiores y el acortamiento muscular de los flexores de cadera y del músculo tensor de la fascia lata, sumados a la debilidad de abductores y glúteos son algunos de los factores que favorecen este tipo de afección.

Tendinitis aquílea

El tendón de Aquiles conecta la parte posterior de la pierna al talón y su función es empujar el pie hacia abajo. Los músculos de la pantorilla son los encargados de realizar la fuerza necesaria para pararse o caminar y el tendón de Aquiles los conecta con el talón.

El tendinitis aquílea se debe a una sobrecarga del tendón y sus principales causas son el incremento repentino de la cantidad o intensidad de entrenamiento, las superficies duras como el asfalto y la falta de elongación de los músculos de las pantorrillas, entre otros.

Fascitis plantar

La fascia plantar es el tejido grueso en la planta del pie que conecta el calcáneo a los dedos y crea el arco del pie. La hinchazón o inflamación de este tejido se conoce como fascitis plantar. Existen numerosas causas que pueden provocar estas lesiones: el pie plano, correr largas distancias, cuesta abajo, en superficies irregulares, el sobrepeso, la tensión excesiva en el tendón de Aquiles, por citar algunas.

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