Para no desperdiciar todo lo que hiciste en el entrenamiento tenés que conocer los ejercicios que existen para prevenir la fatiga muscular, debido a que esta te generará una sensación de mucho cansancio y te dejará con poca energía en el músculo afectado, además de otras consecuencias.

La fatiga muscular es la incapacidad para continuar realizando una determinada actividad física, ya que los músculos no cuentan con la cantidad de fuerza suficiente para continuar. Hay varios motivos por los que podés tener esta dolencia en el cuerpo: niveles de calcio insuficientes; acumulación de ácido láctico; falta de hidratación; sobreentrenamiento; esfuerzos intensos sin la adecuada recuperación; deficiencia de glucógeno; una mala alimentación; y falta de sueño.

Esta se manifiesta de la siguiente forma:

  • Sensación de calor en la zona del músculo.
  • Sensación de hormigueo.
  • Dolor muscular.
  • Falta de coordinación y de fuerza.
  • Temblores musculares.
  • Respiración acelerada e irregular.

Hay varias formas de evitar que se genere esta molesta sensación o, por lo menos, disminuir las consecuencias que provoca la fatiga muscular:

  • Hidratarse: Tomar la suficiente agua durante todo el día es de vital importancia. Aparte del agua, ayudarán las bebidas isotónicas que contengan carbohidratos, minerales y electrolitos. Los que le escapan al agua deben superar esa traba y comenzar a hidratarse con ganas. Beber agua durante todo el día, no solo previo o durante el entrenamiento.
  • Dormir: Tener un buen descanso es fundamental para la salud, ya que una carencia de horas de sueño, afectará a la capacidad intelectual y el rendimiento cognitivo. Además, dormir mal afecta los niveles hormonales, en particular los relacionados con la recuperación del músculo y el estado de ánimo.
  • Calentamiento: Antes de entrenar calentá bien el cuerpo. No hagas movimientos bruscos, especialmente con la cabeza y estudiá bien cuál es tu límite. Lo más recomendable es que contar con un entrenador especializado, para que te pueda ayudar y aconsejar en todo momento.
  • No entrenar de más: Intentá tener una rutina de entrenamientos que no esté por encima de tus capacidades ni que te exija mucho, debido a que sino llegarás a tener un sobreentrenamiento. Este se produce cuando te exigís más allá de tu capacidad de recuperación. El exceso de entrenamiento provoca que el cuerpo no se recupere del esfuerzo que realizaste como debería de hacerlo normalmente.
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