Mejorá tu resistencia: secretos de la respiración diafragmática
-
Peso, sudor y salud: la ciencia de mantenerse hidratado durante el entrenamiento
-
¿Por qué duelen los talones y cómo evitarlo?
Realizar una buena respiración es fundamental para correr de manera eficiente. Cuando esto ocurre, aumenta la oxigenación de los músculos y otorga energía adicional, lo que ayuda a incrementar tu resistencia.
Una buena técnica para mejorar la respiración es practicar la respiración diafragmática, en lugar de hacerlo desde el tórax. La respiración diafragmática ayuda a respirar usando el diafragma. Este es un músculo grande que cumple una función importante en la respiración. Está ubicado debajo de los pulmones y separa el pecho del abdomen.
Beneficios de la respiración diafragmática
- Corrección de la acidificación de la sangre: Al ser un proceso consciente, esta respiración permite pausar la frecuencia respiratoria evitando la taquipnea o hiperventilación subclínica propia de los estados de ansiedad o estrés. De este modo, evitas que la sangre se acidifique por exceso de oxígeno en relación con el CO2, lo que provoca mareos, nerviosismo y diversos síndromes neurológicos.
- Aprovechamiento óptimo de la capacidad pulmonar: Al tirar el diafragma hacia abajo, los pulmones se expanden en profundidad alcanzando su volumen óptimo, con lo cual entra más oxígeno en el cuerpo, sin detrimento del CO2, lo que permite aportarlo a las células sin necesidad de aumentar la frecuencia cardíaca y la respiratoria.
- Pauta del ritmo respiratorio: La respiración abdominal te ayuda a respirar con más lentitud. Esto hará que te relajes y tomes consciencia de lo que haces al concentrarte en eso, dejando de lado todo tipo de preocupaciones y ciclos obsesivos que nos generen estrés.
- Estiramiento de la columna: Permite extender las vértebras, ya que en la expulsión del aire el diafragma asciende empujando los pulmones y la espalda.
Cómo hacer la respiración diafragmática:
- Sentate en una silla cómoda o acostate boca arriba con una almohada debajo de la cabeza.
- Colocá una de las manos sobre el pecho y la otra sobre el abdomen.
- Inhalá lentamente por la nariz y contá hasta dos. A medida que inhales, el abdomen tiene empujar la mano. El pecho debe permanecer quieto.
- Expulsá el aire lentamente con los labios juntos (casi cerrados) y contá hasta cuatro.
- Practicá esta técnica de respiración durante cinco a diez minutos al principio. Tratá de hacerlo de dos a cuatro veces al día. Luego, aumentá la cantidad de tiempo y la frecuencia.
¿Qué te pareció esta nota? Dejanos tu comentario y compartila