La talalgia se defne como el dolor en el talón, pero no es una lesión en sí. María Luz Giambastiani, osteópata, kinesióloga y profesora de educación física, explica que el dolor en el talón puede ser producto de diferentes lesiones. Propias de la zona, o no.

La fascitis plantar, por citar un ejemplo, representa su dolor en el talón pero el problema puede venir de otro lado. Puede ser por una tensión en la fascia, por una tensión en la cadena posterior, o por una mala pisada: una pisada pronadora o supinadora que genere tensión. Y agrega, que la fascitis tampoco es el problema en sí, sino un síntoma.

Otras causas de dolor de talón pueden ser un edema óseo en el calcáneo, una fractura por estrés, un traumatismo directo como una caída, o algún punto gatillo miofascial que irradie al talón. Los puntos gatillos son zonas del músculo que quedan contraídos por cuestiones metabólicas, posicionales, o circulatorias, e irradian hacia otros lados. Uno puede pensar que el dolor del talón está ahí pero en realidad se manifiesta en ese lugar un problema que viene de otra parte.

El dolor es multifactorial y debe tratarse individualmente

Al citar medidas preventivas, la Lic. Giambastiani afirma que siempre hay que analizar el contexto de cada persona. Cree que es incorrecto hablar de “lesiones”, que debemos hablar de “lesionados”, es decir de “personas con lesiones”.

Porque lo que le sirve a una persona puede no funcionarle a otra. Y los tiempos de recuperación también pueden variar mucho. Y si bien puede haber tratamientos y medidas de prevención generales, la individualidad basada en medidas particulares será clave a la hora de tratar y prevenir de la mejor forma.

Una persona que no descansa bien, que no se alimenta bien, que no hace ejercicio, y padece mucho estrés, por ejemplo, no va tener los mismos recursos para la recuperación que alguien que no lidie con todos esos efectos negativos en su estilo de vida y seguramente tenga un sistema inmunitario más eficiente.

Nuestra especialista resalta que el carácter multifactorial de las lesiones impide dar recetas mágicas para la población general. Pero que en líneas generales, los trabajos de fortalecimiento y estiramientos, sumados a hábitos saludables desde la nutrición, correcta hidratación, descanso, uso de calzado adecuado, análisis biomecánico, uso de b (plantillas) de ser necesario, y sesiones de osteopatía u otras terapias físicas regulares para quienes practican deporte regularmente, sin dudas serán medidas muy positivas para todos.

Plantillas: ¿La solución?

Por su parte, Juan Pablo Dimatteo, experto en biomecánica de la marcha y la carrera, asegura que a la hora de hablar de lesiones en el talón debemos diferenciar dos grandes grupos: las que se generan por impacto, y las que se generan por estrés tensil y mecánico.

Las primeras se dan por cuestiones compresivas de la parte anatómica del pie contra el suelo donde interfieren las fuerzas resultantes de la superficie de apoyo, el peso del paciente y la cantidad de vuelo que tiene la persona en la carrera. El cuerpo humano tiene una almohadilla de tejido graso que con el correr del tiempo se va desgastando y puede causar dolores y molestias a nivel comprensivo; pero son las menos habituales.

Las lesiones generadas por estrés tensil y mecánico se dan por tensión excéntrica de la fascia plantar. La fascia plantar se tensiona a causa de algún déficit en la pisada, como la inestabilidad de la columna interna del pie o el mal funcionamiento de la primera articulación metatarso falángica (hallux o dedo gordo del pie) lo que puede causar lesiones como la fascitis plantar o el espolón calcáneo, por ejemplo.

Estas diversas patologías pueden ser tratadas con ortesis plantares (plantillas). Si la causa es de origen comprensivo se deben colocar materiales de máxima amortiguación tratando de ocupar el menor espacio posible para no generar más compresión en el talón, actuando como grasa plantar. Por otro lado, si el origen es tensil, debe trabajarse con ciertos grados de rigideces y tensiones para ayudar a la fascia a trabajar para desacelerar una hiperpronación que relaje esa fascia de tanto trabajo excéntrico y devolver así la salud al pie y a la parte anatómica del talón.

Es muy importante realizar un buen diagnóstico diferencial del cuadro para identificar las causas y entender que todas las terapias que podamos implementar como aplicar hielo, masajes, ondas de choque, MEP, y demás terapias kinésicas y manuales, sirven mucho pero todas van a trabajar sobre la sintomatología.

Y es muy importante además, trabajar sobre la causa. Para esto es clave realizar un estudio biomecánico del pie y toda la extremidad inferior en lo que comprende a la biomecánica de la marcha, y de la carrera si el paciente corre, porque de esa forma se puede desgranar todo y entender el origen del dolor. Por ejemplo, si es a causa de un exceso de pronación; entender porqué se genera, o si es por debilidad de la musculatura intrínseca o ciertos déficits estructurales del pie, etc.

La idea es ir hilando fino hasta llegar a la verdadera causa. Y lo que se logra con las ortesis plantares justamente es trabajar sobre esas causas, y modular las fuerzas para que los tejidos del cuerpo trabajen de una manera más económica.

Las lesiones más comunes del talón:

  • Fascitis plantar: Es una de las lesiones más comunes en los corredores. Consiste en una inflamación causada por un mal funcionamiento en los procesos de reparación de una estructura fibrosa en la planta del pie superficial: la fascia plantar.
  • Calcificación en el espolón calcáneo: Se da por el aumento de la tensión de la fascia sobre el hueso calcáneo. Es algo así como un pico de calcio que presiona de forma directa y provoca dolor en el talón.
  • Síndrome del túnel tarsiano: El síndrome del túnel tarsiano es producto de la compresión del nervio tibial posterior en su paso por el túnel del tarso, una zona muy angosta. Se puede presentar como un dolor interno, similar a un latigazo en el talón.
  • Puntos gatillo miofasciales: Son nódulos palpables sobre la piel localizados en una banda tensa de los músculos. Sus causas son diversas y pueden provocar un dolor local o a distancia (dolor referido). Los músculos que hay que verificar generalmente son el cuadrado plantar, el tibial posterior, el sóleo (otra zona también bastante afectada al correr) y el abductor del dedo gordo. Siempre que exista dolor en el talón es bueno revisar estos músculos para ver si hay puntos gatillo que deben ser tratados. Es decir, que no sea el talón en sí lo que causa el dolor.
  • Tendinitis del aquiles: Se trata de una inflamación del tendón que conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón. Presenta dolor y sensibilidad en el talón. Generalmente se da por sobrecarga y es muy habitual en personas que realizan actividad física de forma esporádica o sin continuidad. También existe la tendinitis a raíz de artritis que es más común en personas mayores.

Colaboraron con esta nota: Juan Pablo Dimatteo, especialista en biomecánica de la marcha y la carrera @Dimatteojp – Maria Luz GIambastiani, Lic en kinesiología, Prof de Educación Física y Osteópata @Luchigiambastiani.osteopata

Nota publicada originalmente en La Nación

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