Organizar tu entrenamiento de running es fundamental, no importa si sos un corredor que recién empezó o un experto que ya lleva varios kilómetros encima. Correr por correr no tiene sentido y planear una estrategia es la mejor forma de conseguir que tu entrenamiento de running sea realmente efectivo.

El primer paso del entrenamiento de running es plantearte: cuántos días a la semana y cuánto tiempo podés invertir en hacer running y dónde vas a practicarlo.

Tener claros tu objetivo y tu motivación para conseguirlo también es fundamental. La ambición a la hora de planificar tu entrenamiento de running no es buena. Es mejor apostar por el realismo, podés conseguir lo que te propongas si sabes cómo hacerlo. Conocer tu forma física para aprovechar tus posibilidades es un factor importante.

Además, medir los resultados que consigas te permitirá saber si lo estás haciendo bien o mal. Apuntar: tiempos, distancias recorridas y eventos, en los que puedas comprobar tus progresos, te ayudará.

Lo más productivo es que organices tu entrenamiento por semanas. Siempre se recomienda entrenar un mínimo de tres días, si son alternos, mejor. Todo entrenamiento running tiene tres partes: calentamiento, sesión de entrenamiento y estiramientos antes de correr. Especialmente para evitar lesiones.

Existen muchos planes para organizarte, pero todos trabajan cuatro aspectos: fondo, fuerza, ritmo y velocidad.

  • Fondo: La resistencia es fundamental en la práctica de cualquier deporte y en especial del running. Conforme vayas entrenando, ganarás fondo.
  • Fuerza: Al igual que el fondo, es resultado de la práctica. En tu entrenamiento de running podés incluir series para ganar fuerza, como subir cuestas (con un desnivel moderado) o correr por la arena. Además deberías incluir algunos ejercicios para fortalecer piernas, glúteos y zona abdominal y así evitar posibles lesiones.
  • Ritmo: Uno de los principales problemas de los runners principiantes es no poder acabar una sesión por agotamiento. Esto es culpa de una mala planificación. Lo más efectivo es que mantengas un ritmo constante, aunque sea más bajo, para que puedas terminar cada sesión.
  • Velocidad: Es importante medir tus tiempos para evaluar tus progresos. 

Si seguís estos pasos, poco a poco ajustarás el entrenamiento a tus posibilidades, evitarás lesiones, no acumularás fatiga, te motivarás viendo los resultados en tu calendario y plantarás unos cimientos fuertes para convertir el running en un hábito saludable más para mantenerte en forma.

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