Para muchos adultos mayores de 50 años, la idea de comenzar a correr puede parecer intimidante o incluso inalcanzable. Sin embargo, con la orientación adecuada y una aproximación gradual, correr puede convertirse en una actividad gratificante que contribuye significativamente a la salud física y mental.

Empezar a correr después de los 50 años puede ser un desafío emocionante y gratificante. Con una aproximación cuidadosa, paciencia y dedicación, podés descubrir los muchos beneficios físicos, mentales y emocionales que esta actividad tiene para ofrecer:

  • Consultá con un profesional de la salud: Antes de iniciar cualquier programa de ejercicio, especialmente aquellos de alta intensidad como correr, es fundamental consultar con un médico para evaluar tu estado de salud y determinar si estás listo para comenzar.
  • Establecé objetivos realistas: Definí metas específicas y alcanzables que se adapten a tu nivel de condición física actual y estilo de vida. Establecer objetivos a corto y largo plazo te ayudará a mantenerte motivado y enfocado en tu progreso.
  • Empezá con intervalos: Para evitar lesiones y permitir que tu cuerpo se adapte gradualmente al impacto del running, considerá comenzar con una combinación de caminata y carrera en intervalos. Por ejemplo, alterná entre correr suavemente y caminar durante períodos específicos de tiempo.
  • Escuchá a tu cuerpo: Es importante estar atento a las señales que tu cuerpo te envía durante la carrera. Si experimentás dolor o un malestar significativo, no lo ignores. Descansá cuando sea necesario y buscá orientación profesional si persisten los problemas.
  • Priorizá el calentamiento: Dedicá tiempo a calentar antes de correr con ejercicios de movilidad y estiramientos dinámicos para preparar tus músculos y articulaciones. Del mismo modo, no descuides el enfriamiento al finalizar tu sesión de running, incluyendo estiramientos estáticos para ayudar en la recuperación muscular.
  • Incorporá entrenamiento de fuerza y flexibilidad: Complementá tu entrenamiento de running con ejercicios de fuerza y flexibilidad para fortalecer los músculos, mejorar la estabilidad articular y reducir el riesgo de lesiones. El entrenamiento de fuerza también puede ayudar a contrarrestar la pérdida muscular asociada con el envejecimiento.

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  • Sé paciente y persistente: El progreso en el running puede ser gradual, especialmente cuando se inicia más tarde en la vida. Mantén una actitud paciente y persistente, reconociendo que cada paso que das te acerca más a tus objetivos.
  • Disfrutá del proceso: Recordá de disfrutar del proceso de correr y celebra cada logro, ya sea grande o pequeño. El running no se trata solo de alcanzar la línea de meta, sino también del viaje que emprendes para llegar allí.
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