El tobillo es la articulación formada por la unión del pie y la pierna, y en su conjunto constituye una de las estructuras corporales más complejas del cuerpo (integrada por huesos, ligamentos y músculos), con diferentes rangos de movimiento.

Los esguinces de tobillo suele ser el resultado de una mala pisada que provoca la elongación excesiva de los ligamentos que rodean el tobillo. La naturaleza repetitiva y de alto impacto del running aumenta el riesgo de sufrir un esguince, especialmente si no se utilizan calzado adecuado o si se corre sobre terrenos irregulares. Además, factores como la fatiga muscular o la falta de calentamiento adecuado pueden contribuir a la vulnerabilidad de los ligamentos ante una torsión brusca.

Para los corredores, los esguinces de tobillo no solo representan un obstáculo físico, sino también un desafío psicológico y emocional. Estas lesiones pueden interrumpir el progreso en el entrenamiento, limitar la participación en competiciones y generar ansiedad por la posibilidad de recaídas.

Cómo prevenir los esguinces de tobillo:

  • No corras por zonas irregulares si no estás acostumbrado a este tipo de superficie. En lo posible, entrená por lugares donde el piso sea firme y que no contenga imperfecciones que puedan provocar que te dobles el pie mientras corrés/caminás.
  • Fortalecé tus tobillos. Buscá o pedile a tu entrenador una serie de ejercicios para tus tobillos, esto provocará que esa zona se fortalezca y que sea más difícil tener una lesión.
  • Elegí bien el calzado. El estado de las zapatillas es una de las tres causas principales por las que el corredor se lesiona. Además, tenés que sentir que la zapatilla sea cómoda pero no muy ajustada. 
  • No entrenes sin hacer previamente una entrada en calor. Hacé mínimo 10 minutos de trote suave, para que tus músculos, ligamentos y tendones se acomoden progresivamente a la exigencia física.
  • No usar, si no te lo pidió un médico, vendajes y tobilleras. Evitá los vendajes tipo kinesiotape, protecciones o tobilleras, si no son recetados por un especialista. La protección excesiva reduce la capacidad natural de sujeción del tobillo y termina atrofiando los ligamentos.
  • Estirá antes de entrenar. Siempre estirá previo a la actividad física, esto te servirá para aumentar la circulación a nivel muscular y reducirá la tensión muscular acumulada. Es importante realizar estiramientos dinámicos con movimiento.

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La rehabilitación de un esguince de tobillo requiere tiempo, paciencia y un enfoque cuidadoso para fortalecer los músculos y ligamentos afectados, así como para recuperar la confianza en la estabilidad del tobillo. Es crucial seguir un programa de recuperación supervisado por profesionales médicos y realizar ejercicios de rehabilitación específicos para prevenir futuras lesiones y mejorar la resistencia del tobillo a través del fortalecimiento y el equilibrio.

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