Muchos prefieren la primavera o incluso el verano para entrenar.  Sin embargo el invierno presenta varios puntos positivos para runners y atletas de todos los niveles

Mantiene alta tus defensas:

Si hay algo que no está en discusión es lo beneficioso que resulta el ejercicio físico para reforzar el sistema inmunológico. El invierno suele ser la época del año donde más abundan los contagios y las enfermedades. ¿Sería coherente dejar de entrenar cuando precisamos estar más fuertes?

Se obtienen mejores rendimiento:

Aunque las plazas se vacíen si el frío acecha, está comprobado que los climas frescos son testigos de los mejores registros en corredores de fondo. Si bien cada organismo es único y algunos prefieren o toleran mejor el calor que el frío, voces expertas aseguran que la temperatura óptima se encuentra entre los 8 y 12 grados.

No es necesario madrugar para evitar el calor:

Los que tienen la suerte de poder arrancar el día corriendo y sus rutinas no les exigen madrugar, en verano quizás deban hacerlo igual para evitar las altas temperaturas. Eso no es problema en esta época del año. Correr un día de semana al mediodía con sol de invierno es un lujo que todo corredor debería hacer algunas veces en la vida.

La incomodidad térmica se resuelve con la indumentaria adecuada:

A diferencia del calor agobiante cuando no hay musculosa que uno se saque y cause el alivio buscado, el frío puede resolverse con ropa. Existen muchas prendas técnicas que realmente hacen de los entrenamientos invernales algo muy llevadero. Es sólo cuestión de elegirlas, usarlas, y combinarlas adecuadamente. ¿La regla de oro? No usar tejidos de algodón: te harán transpirar y quedarte mojado. Los sintéticos siempre secan más rápido. Algunos rompe vientos con membrana permiten respirabilidad e impermeabilidad en la misma prenda. Es clave mantener los pies, orejas, manos y cuellos abrigados y secos, y cambiarse toda la indumentaria ni bien se termina de correr. Esa es la parte peligrosa del running invernal: enfriarse después de la actividad.

Potencia la voluntad:

Saber que se puede saltar de la cama con tres grados o vientos feroces, aún con todas las ganas de quedarse calentito bajo la frazada, es saber que también se podrá con muchas otras cosas en la vida. La determinación de un runner o atleta se puede transferir a distintas áreas y no sólo potenciar el estado físico. Correr con veinte grados y los arboles floridos es fácil, salir igual cuando las adversidades climáticas mandan, diferencia a los corredores golondrinas de los determinados.

Garantiza el estado de forma en la planificación anual:

Ningún atleta serio puede esperar mejoras considerables si no lleva una planificación anual que incluya regularidad y constancia, sin baches. No está mal descansar algunas semanas o bajar considerablemente las cargas de entrenamiento en ciertos períodos. De hecho es necesario a nivel físico y mental, para asimilar bien los trabajos. Pero parar todo el invierno no es opción para quienes buscan su mejor versión a largo plazo.

Carolina Rossi es Entrenadora Nacional de Atletismo y corredora, Team Leader FILA Argentina.

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