En Estados Unidos investigaron cómo influye el impacto de las crisis económicas en el incremento de corredores. ¿Cómo afectan estas situaciones en un mundo globalizado en plena pandemia?

“Correr es de cobardes”, dicen los más rimos acércríticos con el running, modalidad que se ha establecido en la sociedad contemporánea y que ha pasado de ser una moda a ser un símbolo más de las ciudades occidentales. Hace unos años no se veían tantas personas corriendo por parques y calles, pero en la actualidad es casi imposible no ver corredores practicando un deporte que lleva existiendo desde los primeros Juegos Olímpicos.

Remedio contra la ansiedad:

Puede que de cobardes no sea, pero en Estados Unidos se ha relacionado el incremento de corredores con el miedo y la ansiedad que provocan las crisis económicas. Según las estadísticas, tres momentos históricos en la economía norteamericana provocaron un ‘boom’ en la práctica del running.

El primero de esos momentos coincidió con el crack del 1929. Posteriormente se comprobó que también hubo más runners en los años que de Guerra de Vietnam –mientras la Guerra Fría marcaba el contexto sociopolítico del mundo- con la crisis del petróleo en Medio Oriente, y por último en 2001 con los atentados del 11 de septiembre a las Torres Gemelas y el Pentágono.

Si nos fijamos en Argentina, la explosión de la crisis del 2001 (corralito mediante incluido) coincide con la aparición del último fenómeno del running de nuestro país. Este hecho tiene mucho que ver con la economía y lo barato que es salir a correr por la ciudad. Sólo se necesitan unas zapatillas y ropa de deporte (aunque muchas personas perfeccionan su vestimenta e incorporan gadgets tecnológicos a medida que pasa el tiempo). El calzado, el crono o GPS (estos integrados en el teléfono móvil) y un outfit técnico (que se adecúe a los distintos climas) terminan siendo mucho más baratos que pagar una membresía de cualquier gimnasio.

MEJORA LA SALUD:

El factor económico influye, pero a nivel científico también existe una relación entre la crisis y el running. Cuando el cuerpo humano está siendo ‘atacado’ por sensaciones de miedo o ansiedad, una de las respuestas más comunes es salir corriendo. Parece algo sacado de una película de miedo, pero tiene fundamento científico. Por otro lado, el ejercicio físico es perfecto para eliminar el estrés del día a día y el denominado “subidón de endorfinas” permite al cuerpo liberar adrenalina, hecho que mejora considerablemente la calidad de vida de las personas.

  • Alivia el estrés: al correr se liberan endorfinas (también llamada “hormona de la felicidad”), y se generan sensaciones físicas agradables que pueden perdurar hasta varias horas después de terminar la actividad. Esa experiencia se llama “euforia del corredor”.
  • Aumenta la autoestima y la confianza: a medida que se alcanzan metas cada individuo se siente más competente y empoderado.
  • Mejora el estado de ánimo: aumenta las sensaciones de bienestar, al mismo tiempo que reduce los síntomas depresivos y la fatiga.
  • Genera cambios en el cerebro y mejoras cognitivas: en la memoria, en la capacidad de tomar decisiones y de aprender.
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