No alcanza con hacer dieta; el runner debe tener hábitos saludables y planificar qué, cómo y cuándo se alimenta para conseguir los mejores resultados.

El entrenamiento es fundamental en la vida del corredor para potenciar el rendimiento, pero la performance se puede ver disminuida si la nutrición no es la adecuada.

Sin embargo, no basta con hacer dieta, el corredor debe tener hábitos saludables y planificar qué, cómo y cuándo se nutre.

Alimentos de calidad:

Incluir frutas, verduras, cereales integrales, lácteos, pescados, carnes magras, huevos, frutos secos y legumbres en la dieta es fundamental porque se convierte en el combustible de los músculos a la hora de correr. Las grasas hidrogenadas, azúcares refinados, golosinas y  frituras no son alimentos de calidad (aunque puedes comerlos de vez en cuando).

El peso ideal para cada cuerpo:

Cada runner tiene un peso óptimo en relación a sus características personales. Los nutricionistas son los indicados para evaluar que dieta se ajusta a cada corporalidad y que, de ser necesario bajar kilos, los entrenamientos sigan saliendo bien y con energía para sobrellevar el resto del día.

Crear una rutina:

Adaptar el cuerpo es parte del entrenamiento invisible. Quienes corren de mañana deben desayunar lo mismo los días de entrenamientos intensos, fondos largos y días de carrera (ni más ni menos) con el tiempo suficiente para hacer la digestión.

Probar con antelación todo lo que quieras tomar en las competencias (bebida iisotónica, geles, frutos secos, etc.) los días de fondo largo o ritmo de carrera sirve de referencia.

Variar los carbohidratos:

El arroz, la quinoa, el maíz, la avena, la cebada y el centeno son opciones a la pasta. La papa y las lentejas también son ricas en HDC y sirven para sustituir la ingesta de fideos.

Aprovechar las ventanas nutricionales:

Los 30 minutos luego de terminar de entrenar son ideales para recargar los nutrientes que los músculos necesitan para estar a punto. Un yogur con fruta fresca o una barrita de proteína con una proporción 3:1 de hidrato-proteína es lo ideal justo después de correr.

Comida casera:

Cocinar cuando hay tiempo es la mejor forma de saber qué se lleva cada uno a la boca. Hacer varios platos y guardar o congelar en porciones individuales para tener siempre a mano es lo ideal. Intentar que haya siempre ensaladas frescas, verduras cocidas y pasta o arroz hervido es fundamental para terminar cualquier comida en 10 minutos sin la necesidad del take away o el delivery para los corredores con agendas apretadas.

Llevar un control racional de la hidratación:

No solo de comer vive el ser humano. Llevar la cuenta de lo que se bebe y siempre tener una botella de agua a mano para beber, sin exagerar, es una gran estrategia para estar siempre hidratado.

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