La posibilidad de practicar un deporte que solo requiere un buen par de zapatillas brinda la oportunidad para que cualquier individuo, sin importar su edad, género o condición física, opte por salir a correr y disfrutar de sus beneficios. Correr es una actividad accesible que no requiere de equipos costosos ni de instalaciones especiales, lo que la convierte en una excelente opción para aquellos que buscan mejorar su salud y bienestar de manera sencilla y económica

Además, correr al aire libre permite conectar con la naturaleza, disfrutar del paisaje y liberar el estrés acumulado, lo que mejora el estado de ánimo y la calidad de vida. En resumen, la facilidad de acceso y los múltiples beneficios que ofrece hacen del running una actividad atractiva y accesible para todos.

Pero, si te decidiste a correr siguiendo recomendaciones, pero tu primera experiencia no fue satisfactoria y llegaste a pensar que era aburrido, doloroso, a veces solitario y que no ofrecía resultados inmediatos. Ya sea que seas un principiante que se siente intimidado por dar los primeros pasos o que recientemente te hayas desviado del camino en tu rutina, los siguientes consejos pueden ayudarte a retomar el rumbo correcto y a volver a disfrutar o comenzar a amar este deporte:

1- Olvidá el pasado:

La mayoría de los tropiezos iniciales son mentales. Sean cual sean los sentimientos o temores que asociás con correr: déjalos en el pasado. Ser un corredor no se trata de velocidad o habilidad; es una forma de pensar. Todo lo que se necesita para hacer esta actividad es un par de zapatos y el deseo de salir de tu casa.

2- Establecé una meta:

Mantener el compromiso de correr puede ser difícil. Ponerse meta que inspiren, como hacer un tiempo concreto, te centrará. Imaginarse a uno mismo en la salida o cruzando la meta puede hacer que te comprometas más y tengas más motivación.

Va a llegar un momento en el que quieras alcanzar otros logros y mejoras. Vas a querer superar esas mejoras y generar nuevas metas. Y así todo el tiempo, hasta que descubras que llegaste a tu límite.

3- Andá más lento:

Al principio, ni siquiera pienses en el ritmo, muchas personas se desalientan porque quieren correr con gran velocidad. Lo que pasará es que terminarán agotados y desalentados. Corré a un paso en el que tengas capacidad de conversar, así le enseñarás a tu cuerpo a volverse más eficiente, construyendo una resistencia aeróbica.

4- Andá con un amigo:

Empezar corriendo solo puede llegar a desanimarte si no estás acostumbrado a no compartir una actividad con otra persona, por lo que es recomendable correr acompañado, ya sea un amigo o tu pareja. Esto te permitirá que el tiempo te pase volando y que correr con alguien más te motive el doble a querer entrenar, ya que además de ejercitar, estarás compartiendo un momento con alguien al que valorás.

5- Jugá:

¿Recordás los juegos que hacías en la carretera para entretenerte y distraerte en trayectos largos? Incluso cuando caminás, todavía podés utilizarlos. Esto te permitirá despejar la cabeza de lo que estás haciendo y convertirá ese entrenamiento en algo divertido.

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